La motosierra recortó fuerte en las empresas públicas: el déficit bajó a la mitad
El coctel de recomposición de tarifas, despidos y cierres de empresas deficitarias logró reducir la pérdida del Estado en un número significativo.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
En lo que va del año, el gobierno de Javier Milei metió mano dura en las cuentas de las empresas del Estado, achicando el famoso “rojo” operativo a la mitad. Mientras que en 2023 la pérdida llegaba a los 4.551 millones de dólares, este año se redujo a 2.235 millones. Todo gracias a un combo de tarifazos y recortes de subsidios.
Además, el recorte llegó con despidos: unas 11.081 personas fueron desvinculadas, dejando al sector con 80.988 empleados. En resumen, la motosierra del gasto público hizo lo suyo.
La joyita de los números en rojo sigue siendo Enarsa, la empresa que importa energía. Cerró con un déficit de 1.136 millones de dólares, a pesar de haber recibido subsidios por el equivalente a 1.742 millones.
Otra que no zafa es la operadora ferroviaria OFSE. Aunque mejoró respecto al año pasado (de 909 a 575 millones de dólares en pérdidas), sigue dependiendo de subsidios y es poco probable que alguna vez deje de ser un agujero negro para las cuentas del Estado.
Un caso curioso fue el cierre de DECAHF, una empresa que se dedicaba a capacitar ferroviarios. Se cerró tras un accidente que expuso graves falencias: los conductores de un tren que chocó en Palermo no sabían usar los frenos.
Por otro lado, Aerolíneas Argentinas también redujo su déficit (de 513 a 319 millones de dólares) y achicó su plantilla en más de 1.300 empleados con un plan de retiros voluntarios. Según la empresa, el balance real podría ser mejor que el estimado por Hacienda, pero habrá que esperar a que cierren los números del año.
No todas son malas noticias. Algunas empresas lograron un saldo a favor, como NASA (que maneja las centrales nucleares), con un superávit de 221 millones de dólares. También tuvieron números positivos Ar-Sat, Intercargo y otras más chicas, aunque con montos bastante menores.
Aunque los recortes lograron achicar el déficit, todavía hay sectores, como los trenes, que parecen imposibles de sanear. Privatizaciones y más ajustes podrían estar en el horizonte, pero habrá que ver hasta dónde llega la tijera.