¿Es dibujo la inflación? Respuesta corta: no

Si uno se toma el trabajo de mirar más allá de los titulares, de bucear en las cifras que publican las provincias argentinas con medición propia, el veredicto es contundente, rotundo, demoledor.

Por Sebastián Mel

Asesor financiero en "Economía en Digerido"

En las últimas horas, se dio a conocer el índice de precios al consumidor (IPC) de agosto, y hay una pregunta que flota en el aire desde hace años: ¿los números de inflación que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) son reales o están "dibujados"?

 

La duda, alimentada por la desconfianza de una década pasada, persiste como una sombra en el imaginario popular. Pero si uno se toma el trabajo de mirar más allá de los titulares, de bucear en las cifras que publican las provincias argentinas con medición propia, el veredicto es contundente, rotundo, demoledor: no hay dibujo.

 

Olvidémonos por un momento de la discusión política y las chicanas. Vayamos a los datos crudos, a los que publican organismos técnicos que, a diferencia de los equipos de fútbol, no tienen camisetas. En lo que va de 2025, la tendencia es clara. No solo las mediciones provinciales se acercan a los números que publica el INDEC, sino que en muchos casos prácticamente los calcan. No todas las provincias realizan mediciones de IPC, pero las que los hacen son diversas y distribuidas de norte a sur y de este a oeste.

 

Tomemos el caso de la provincia de Córdoba. Si su Instituto de Estadística y Censos dice que la inflación de agosto fue de 1,9%, ¿qué sentido tendría que el INDEC, a nivel nacional, la "dibuje" en el mismo 1,9%? Y lo mismo sucede con la vecina San Luis, que marcó un 1,9% de suba en el mismo mes. ¿Es una coincidencia? La estadística diría que es prácticamente imposible. Y lo mismo puede decirse de la Ciudad de Buenos Aires, con su 1,6%, y de Mendoza, con 2,0%. La variación entre ellas es tan sutil que no hace más que confirmar que el fenómeno inflacionario es real y afecta por igual a todo el territorio.

 

Si las provincias con mediciones propias, que representan a millones de argentinos y a economías con sus particularidades, publican datos que confirman la tendencia nacional, es hora de aceptar la realidad. La inflación, como el sol, sale para todos. No es un invento del INDEC para generar tranquilidad artificial. Por el contrario, los datos provinciales refuerzan la credibilidad del instituto nacional y echan por tierra cualquier teoría conspirativa.

 

Entonces, la próxima vez que te encuentres con alguien que insista en la vieja cantinela de "los números no son reales", invítalo a hacer el ejercicio que hicimos acá: buscar los datos en las páginas de los institutos de estadística de Córdoba, CABA, San Luis, Mendoza o Río Negro. La evidencia es aplastante. Y la conclusión es clara: de dibujo, nada.

 

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?