Inflación en alza: noviembre marcó 2,5% y el año apunta a cerrar cerca del 31%
El Indec marcó el registro más alto en siete meses. La suba de tarifas, combustibles y el salto de la carne empujaron el índice, que sigue en curva ascendente desde mayo.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
La inflación de noviembre cerró en 2,5%, según confirmó este jueves el Indec. El dato no solo cortó con la tibia calma de los meses previos, sino que además se transformó en el número más alto desde abril, cuando el indicador había marcado 2,8%. Con esto, el IPC acumula un 27,9% en lo que va del año y muestra una variación interanual de 31,4%.
Aunque la Cyber Week dejó algunos precios más tranquilos en comercios y electrónica, el alivio duró poco: las tarifas de servicios regulados y el fuerte incremento de la carne, que volvió a moverse por encima de lo habitual para esta época, tuvieron un impacto inmediato en el índice general.
El empuje inflacionario viene sumando velocidad desde mayo, cuando el IPC marcó 1,5% y empezó una racha alcista que siguió con 1,6% en junio; 1,9% en julio y agosto; 2,1% en septiembre; y 2,3% en octubre. La inflación núcleo, que excluye estacionales y regulados, también se movió hacia arriba: 2,6%, cuatro décimas más que el mes anterior.
Desde el Gobierno intentaron mostrar optimismo. El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró en redes la tendencia a la baja respecto de los primeros meses de gestión y proyectó que el año podría cerrar con la inflación más baja desde 2017.
Qué rubros pegaron el salto
El rubro que más aumentó en noviembre fue vivienda y servicios básicos, con una suba del 3,4%. Allí pesaron los ajustes en luz (3,6% en el AMBA), gas (3,8% en el país) y combustibles, con incrementos de hasta 7% en surtidores.
En el otro extremo, los sectores más tranquilos fueron equipamiento del hogar (1,1%) y indumentaria (0,5%), donde las cadenas aplicaron promociones agresivas para estimular ventas ante la caída del consumo y la competencia importada.
Los alimentos y bebidas, el rubro que más incide en el bolsillo, avanzaron 2,8%, por encima del promedio general. La carne volvió a ser protagonista, con saltos de entre 6% y 7% en varias zonas del país.
Previo al dato del Indec, los privados proyectaban un registro en torno al 2,3%–2,6%. Para muchos economistas, el 2,5% era esperable: se combinó el ajuste de tarifas, el aumento del transporte por la suba del combustible y el sacudón en el precio de la carne, apenas compensado por los descuentos online.
Qué se espera para diciembre y el cierre del año
Las consultoras ya anticipan que diciembre vendrá con otra aceleración leve debido al turismo, los movimientos estacionales y una nueva suba inicial de la carne en la primera semana del mes. Por eso, varios anticipan que el IPC podría repetir el 2,5%.
Si el dato de diciembre ronda el 2,3%–2,5%, como marcan las proyecciones, 2025 cerraría cerca del 31%, la inflación más baja desde 2017. El REM del Banco Central, en cambio, es más moderado y prevé 2,1% para diciembre, lo que dejaría la inflación anual en torno al 30%.
Hacia adelante, las previsiones oficiales y privadas coinciden en que la desaceleración podría retomarse recién en el arranque de 2026. El REM marca un 1,9% para enero y una trayectoria descendente hasta mayo, siempre y cuando los precios regulados no vuelvan a presionar como en los últimos meses.
En el mercado remarcan que el desafío central será contener la inflación núcleo, que suele anticipar el comportamiento de los precios más sensibles. Si bien el dólar mostró mayor estabilidad tras las elecciones legislativas, la indexación de servicios públicos y el arrastre de alimentos siguen siendo factores que complican cualquier intento de frenar la inercia.
Para los hogares, la combinación de aumentos en tarifas, combustibles y alimentos arma un fin de año más ajustado que el esperado. Aunque el Gobierno apuesta a que la temporada turística y el consumo navideño aporten algo de aire, los analistas advierten que la recuperación dependerá de que no haya nuevos saltos bruscos en precios regulados ni presiones cambiarias
