Ni tilo ni melisa: el té que ayuda a combatir el insomnio y reduce el estrés
Con su aroma suave y floral, esta infusión es un recurso natural con siglos de historia que puede ayudarte a calmar la mente, descansar mejor y mejorar tu bienestar general.
Por redacción
Para aquellos que buscan alternativas suaves y efectivas dentro de un estilo de vida saludable, existe una infusión natural conocida que ayuda a descansar mejor, calmar la mente y reducir el estrés.
Se trata del té de lavanda, que se está ganando un lugar en las tazas de quienes buscan bienestar natural y momentos de calma. Con su aroma suave y floral, esta infusión no solo es reconfortante, sino que también aporta beneficios para la salud física y mental. En esta nota te contamos para qué sirve el té de lavanda, cómo se prepara correctamente y por qué sumarlo a tu rutina diaria puede marcar la diferencia.
¿Qué es el té de lavanda?
El té de lavanda se elabora con las flores secas de la planta Lavandula angustifolia, conocida por su uso en aromaterapia, cosmética y herboristería. Si bien es originaria del Mediterráneo, hoy se cultiva en muchas partes del mundo y se consume especialmente por sus propiedades relajantes y digestivas.
Beneficios del té de lavanda
Tomar té de lavanda de forma regular (sin abusar) puede aportar una serie de beneficios respaldados por la tradición herbal y algunos estudios científicos:
1. Ayuda a conciliar el sueño
Gracias a sus propiedades sedantes suaves, es ideal para quienes sufren de insomnio o sueño liviano. Consumido antes de acostarse, favorece un descanso profundo y natural.
2. Reduce el estrés y la ansiedad
Su aroma y componentes activos como el linalol y el acetato de linalilo actúan sobre el sistema nervioso, ayudando a calmar la mente y reducir la tensión.
3. Alivia dolores de cabeza y migrañas
El té de lavanda puede actuar como un relajante muscular leve, ayudando a aliviar cefaleas tensionales o asociadas al estrés.
4. Alivia molestias digestivas
Ideal para combatir gases, hinchazón abdominal y digestiones pesadas. También se ha usado tradicionalmente para aliviar náuseas leves.
5. Propiedades antiinflamatorias y antioxidantes
Algunos estudios destacan su capacidad para combatir radicales libres y reducir la inflamación, lo que la vuelve una aliada en procesos naturales de desintoxicación.
¿Cómo se prepara el té de lavanda?
Hacer té de lavanda es simple, pero requiere cuidado para que no resulte demasiado fuerte o amargo. Seguí este paso a paso:
Ingredientes:
1 cucharadita de flores secas de lavanda (de uso alimentario)
1 taza de agua caliente (no hirviendo)
Opcional: miel, limón, manzanilla o menta
Preparación:
Calentá el agua hasta que esté a punto de ebullición.
Colocá las flores de lavanda en una taza o infusor.
Verté el agua caliente sobre las flores.
Tapá y dejá reposar entre 5 y 10 minutos.
Colá (si no usaste infusor) y endulzá a gusto.
📌 Tip extra: Si el sabor te resulta muy intenso, podés combinar la lavanda con otras hierbas relajantes como tilo, melisa o pasionaria.
Otros usos de la lavanda
Además del té, la lavanda se puede usar en aceites esenciales, baños relajantes, almohadillas térmicas, cosmética natural o incluso como aromatizante de ambientes. Su versatilidad la convierte en una planta aliada para cuerpo y mente.
Contraindicaciones del té de lavanda
Si bien es una infusión segura, hay algunas precauciones a tener en cuenta:
No se recomienda su consumo excesivo (más de 2 tazas por día).
Personas embarazadas, lactantes o bajo tratamiento médico deben consultar con un profesional.
En algunos casos puede causar somnolencia o interferir con medicamentos sedantes.