Consejos para evitar el burnout: claves para mantener el equilibrio entre trabajo y bienestar
El agotamiento laboral suele incrementarse en el último tramo del año, por los grandes compromisos, agendas cargadas y la presión por cumplir objetivos. Cómo mantener la productividad sin poner en riesgo la salud.
Por redacción
En la era de la hiperconectividad y la alta demanda laboral, el burnout, también conocido como agotamiento laboral, se ha convertido en un problema creciente que afecta a millones de personas en todo el mundo. El término, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), describe un estado de agotamiento físico, mental y emocional causado por un estrés laboral crónico. A fin de año, con el peso de la carga laboral recorrida de todos los meses y las fechas límites para entregas pendientes antes de las fiestas, el estrés puede incrementarse, y si no se aborda, el burnout puede tener efectos devastadores tanto en la salud mental como en el rendimiento en el trabajo. A continuación, algunos consejos prácticos para prevenir este síndrome y mantener un equilibrio saludable entre tu vida personal y profesional.
1. Establecer límites claros
Uno de los mayores riesgos para desarrollar burnout es no tener límites entre el trabajo y la vida personal. En un mundo donde el teletrabajo y la disponibilidad 24/7 se han normalizado, es fundamental establecer horarios claros para comenzar y terminar las jornadas laborales. Desconectar fuera del horario de trabajo, evitar responder correos o mensajes laborales en momentos de descanso, y reservar tiempo para actividades personales es clave para preservar el bienestar.
2. Priorizar el descanso y el sueño
El descanso adecuado es fundamental para la recuperación tanto física como mental. La falta de sueño es un factor que contribuye al burnout, ya que el cerebro no puede funcionar de manera óptima si no recibe el descanso necesario. Dormir entre 7 y 9 horas por noche y asegurarse de tener una rutina de sueño regular es vital. Además, es importante incluir pausas durante la jornada laboral para evitar el agotamiento. Un breve descanso de 10 a 15 minutos cada hora puede mejorar la concentración y reducir el estrés.
3. Practicar la delegación y aprender a decir "no"
Uno de los mayores desafíos en el trabajo es la incapacidad de decir "no" a nuevas responsabilidades, lo que lleva a una sobrecarga de tareas. Aprender a delegar y a rechazar tareas que excedan tus capacidades o tiempo es esencial para evitar el agotamiento. Delegar no solo libera tiempo para centrarse en lo más importante, sino que también permite que otros desarrollen sus habilidades. Decir "no" de manera respetuosa y clara puede ser liberador y prevenir que las responsabilidades se acumulen hasta volverse inmanejables.
4. Mantener hábitos saludables
El autocuidado físico es esencial para prevenir el burnout. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y practicar técnicas de relajación, como el yoga o la meditación, puede ayudar a manejar el estrés y mejorar el bienestar general. El ejercicio libera endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad", lo que puede mejorar el estado de ánimo y aumentar la energía. Además, las actividades físicas regulares promueven la claridad mental y ayudan a combatir el estrés.
5. Desarrollar una red de apoyo
El aislamiento es un factor de riesgo para el burnout. Mantener conexiones sociales saludables dentro y fuera del trabajo es crucial para mantener el equilibrio emocional. Hablar con amigos, familiares o colegas sobre los desafíos laborales puede aliviar el estrés y proporcionar nuevas perspectivas. También es recomendable el apoyo de profesionales de la salud mental si el estrés se vuelve abrumador. Muchas empresas ofrecen programas de asistencia a empleados (PAE), que incluyen acceso a terapias o coaching.
6. Fomentar la autodisciplina y la organización
Un entorno laboral desorganizado y la falta de planificación contribuyentes al estrés y la sensación de estar abrumadora. Organizar el tiempo, establecer prioridades y crear listas de tareas puede ayudar a distribuir mejor el trabajo y reducir la sensación de caos. También es útil descomponer las grandes tareas en pasos más manejables, lo que hace que los proyectos grandes sean menos intimidantes. La productividad aumenta cuando se tienen objetivos claros y plazos bien definidos.
7. Encontrar un propósito en lo que hacés
Una de las causas subyacentes del burnout es la falta de satisfacción o sentido en el trabajo. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre el propósito de las tareas diarias, cómo se alinean con los valores personales y cómo contribuir al bienestar de la comunidad o empresa puede hacer que el trabajo sea más significativo. Si no encontrás ese propósito, puede ser momento de reevaluar tu camino profesional o buscar formas de ajustar tus responsabilidades para que sean más gratificantes.
8. Recuperar el control
El burnout muchas veces surge de la sensación de que las cosas están fuera de control. Establecer metas pequeñas y alcanzables puede ayudarte a sentir que tenés el control de tus tareas y responsabilidades. Reconocer los pequeños logros a lo largo del camino es importante para mantener la motivación y evitar la frustración.