Autos como inversión: el modelo que convierte la movilidad en un negocio rentable en Argentina
Argentina, con su histórico déficit de soluciones accesibles para quienes quieren generar ingresos como conductores de aplicaciones, se transformó en el laboratorio perfecto para una idea que hoy empieza a proyectarse a escala regional: Toshify.
Por redacción
En un país donde comprar un auto se convirtió en un lujo, donde la inflación pulveriza salarios y la oferta de crédito prácticamente desapareció, la movilidad se volvió un terreno fértil para la innovación.
Argentina, con su histórico déficit de soluciones accesibles para quienes quieren generar ingresos como conductores de aplicaciones, se transformó en el laboratorio perfecto para una idea que hoy empieza a proyectarse a escala regional: Toshify.
La startup, fundada por Josué Caride Guzmán y Sara Guarín, nació de una experiencia personal y de una observación aguda de la realidad. Lo que comenzó con la compra de dos autos familiares destinados a conductores sin vehículo propio pronto evolucionó hacia un sistema con 100 unidades en circulación y la ambición de cerrar el año con 500.
"Conectamos autos disponibles con personas listas para trabajar", resumen los fundadores. Una fórmula simple que, en un entorno de crisis, representa una puerta inmediata de ingreso para miles de personas.
Definirse como "el primer banco de inversiones en transporte de Latinoamérica" no es un mero eslogan. Su modelo convierte cada vehículo en un activo financiero que genera rentabilidad tanto para la compañía como para los conductores, quienes acceden a una herramienta de trabajo sin endeudarse.
Pero la apuesta va más allá del alquiler de autos. La compañía busca consolidar un ecosistema integral que incluye mantenimiento, seguros, habilitaciones, soporte permanente e incluso una billetera digital (Sari Wallet) que ofrecerá microcréditos y beneficios exclusivos.
La visión de largo plazo es clara: una movilidad basada en el acceso y no en la propiedad, un paradigma que redefine no solo la manera de trabajar, sino también de entender el transporte en las grandes ciudades latinoamericanas.
—¿Cómo nació Toshify y qué necesidad vieron en el mercado?
—Todo empezó con una experiencia muy concreta: compramos dos autos con nuestros ahorros para ponerlos a trabajar y enseguida notamos que había muchísimos conductores con ganas de manejar en aplicaciones como Cabify, pero sin acceso a un vehículo propio ni a crédito. Allí vimos una oportunidad clara: conectar autos disponibles con personas listas para trabajar. Lo que comenzó con dos autos ya se convirtió en un modelo con 100 vehículos y la meta de llegar a 500 este año.
—Ustedes hablan de “el primer banco de inversiones en transporte de Latinoamérica”. ¿Qué significa exactamente?
—No somos solo una rentadora de autos. Cada vehículo se convierte en un activo financiero que genera ingresos inmediatos. Eso nos permite escalar el negocio y, al mismo tiempo, ofrecer a los conductores una herramienta de trabajo sin endeudarse.
—¿Cómo funciona el esquema de alquiler?
—El conductor recibe un auto listo para trabajar, con papeles, seguros y mantenimiento incluidos. Paga un alquiler fijo y se queda con las ganancias de su trabajo. Nosotros nos ocupamos de la documentación, habilitaciones y asistencia, para que pueda enfocarse únicamente en manejar.
—Ustedes mencionan que un conductor puede generar hasta $1.800.000 al mes. ¿Es realista esa cifra?
—Sí, ese monto corresponde a lo que puede generar un conductor después de pagar el alquiler. Todo depende de las horas trabajadas y de la eficiencia con que use la plataforma: elegir zonas, horarios y tipos de viajes. Por eso creamos el programa Guías Toshify, donde compartimos buenas prácticas para optimizar ingresos. Hoy, el promedio de los conductores que trabajan con nosotros se ubica entre $1.800.000 y $2.000.000 mensuales.
—¿Qué impacto tienen la inflación y la falta de crédito en su modelo?
—Son justamente los factores que hacen que nuestro servicio sea más necesario. Comprar un auto en Argentina es casi imposible: precios altos, crédito inexistente y una inflación que no se detiene. Con Toshify, un conductor puede empezar a trabajar mañana mismo, sin deuda y con flexibilidad.
—¿Qué perfil de conductores se acerca a Toshify?
—Es muy diverso: desempleados, migrantes, jóvenes en busca de su primer ingreso, choferes que prefieren no desgastar su propio auto, mujeres que aprovechan las horas en que sus hijos están en el colegio. Todos encuentran en este modelo rapidez, flexibilidad y la tranquilidad de no lidiar con trámites ni reparaciones.
—¿Cuáles son sus planes de expansión?
—Hoy tenemos 100 autos activos en Argentina, pero el objetivo es cerrar el año con 500. En el mediano plazo queremos expandirnos a Colombia y Perú, donde vemos necesidades muy similares a las del mercado argentino.
—Más allá del alquiler, ¿qué servicios adicionales planean ofrecer?
—Un servicio integral. Seguros, mantenimiento, soporte y, pronto, Sari Wallet, nuestra billetera digital que permitirá acceder a microcréditos y beneficios. Además, contamos con un modelo de doble turno por auto, tecnología para escalar el onboarding y un HUB operativo por ciudad.
La visión de Toshify apunta a un cambio cultural más profundo que el de una simple flota de autos en circulación. “Creemos que el futuro de la movilidad estará basado en el acceso y no en la propiedad. Nuestro rol será ser el puente entre quienes necesitan generar ingresos y los vehículos que lo hacen posible”, concluyen Caride Guzmán y Guarín.