¿Sigue el Bear Market?

Por Lucas Morduhay

BDI Consultora

 

Apoyado en la expectativa de una relajación del ritmo de aumentos de tasas, el SPX y resto de los índices describieron un poderoso rally desde los mínimos de junio que lo llevó a las puertas de la reversión antes de que el combustible narrativo comenzara a escasear cuando la Fed adelantaba estar decidida a seguir con su política de endurecimiento monetario a pesar de algunas señales auspiciosas.

 

El viernes comenzaba auspicioso y los futuros así lo demostraban habiéndose conocido los datos mejor de lo esperado de las mediciones PCE, tanto en su versión agregada anotando un punto decimal por debajo del cero gracias a la reducción del costo energético entre junio y julio, como el indicador Core mostrando un avance en los precios de solo el 0.3 contra el 0.4 esperado. Complementariamente el gasto de consumo también defraudó el consenso confabulando en suma con aquellos que vislumbraban una posible relajación monetaria.

 

Sin embargo, conforme se acercaba el mediodía lo que quedaba en el tanque de los dovish terminó por agotarse con las declaraciones de Powell en el segundo día del simposio anual de Jackson Hole (donde economistas y los representantes de los 12 Bancos Centrales se reúnen para debatir la macroeconomía y definir el lineamiento a seguir en los próximos meses) confirmando que el viraje hacia un tono sedicioso de tasas no está concebido para el corto plazo, los mercados acusaron recibo y cerraron en mínimos del día volviendo a imponer el tono pesimista para la semana que comienza.

 

 Ahora bien, para los que gustamos de estudiar el pasado existían algunos indicios que anticipaban tanto la continuidad del tono restrictivo de la Fed como la probable vigencia del mercado bajista a pesar del coqueteo que propició el avance del verano.

 

Employment

Los datos de empleo, el “stop loss” económico seteado por la Fed como límite a la suba de tasas, se mantienen fuertes en ocupación además de que los salarios acompañan el ritmo inflacionario, siendo considerado por algunos analistas necesario un enfriamiento remunerativo que disminuya la capacidad adquisitiva del consumidor, agente importante en la formación de precios, antes de ser posible cosechar los valores pretendidos de inflación.

 

Economic Data

Es cierto que los datos de construcción, consumo y servicios ratifican lo ya exhibido por la medición de GDP (QoQ, anualizada) técnicamente situando en recesión la economía americana luego de dos mediciones negativas y consolidan el debilitamiento de la actividad, posibilitando un escenario donde la Fed pudiera abstenerse de seguir con la política restrictiva, sin embargo, ninguna de los indicadores en terrenos alarmantes que pudieran hacer desistir del tightening de tasas.

 

Earnings

Las ganancias corporativas se mantienen robustas y mostraron sobrellevar el encarecimiento financiero tanto cómo el aumento de costos, si bien, hay que mencionar que el outlook entregado para el Q4 de la mayoría de las empresas acusan recibo del impacto de las peores condiciones macroeconómicas en la actividad, habrá que ver en tal caso cómo se desempeñan en el último trimestre del año, y charlamos...

 

2-Year Treasury Notes, licitaban con suba de tasas

Las licitaciones primarias de las notas del tesoro con vista dos años venían de un leve descenso en su tasa y de allí que sumaban razones para pensar en un giro hacia la relajación monetaria, sin embargo en el último release del 23 de agosto volvió a colocarse arriba del 3% (lo cual impulsó a sus pares, los treasury bonds en el secundario, a acomodarse acorde a estos nuevos valores pasivos) brindándonos indicios preliminares respecto de cuán (más bien, de cuán no) acomodaticia podría volverse la Fed.

 

Converger al 2%, siempre fue la clave

Más allá de las buenas perspectivas a las que habilita la asunción de que el pico inflacionario ya ha quedado atrás, la verdadera retórica siempre se trató de los recursos y tiempo que demandará arrear el índice inflacionario hacia el target del 2%. El acervo histórico verifica que las tasas han necesitado las más de las veces volverse positivas antes de domar a la fiera, lo cual implica aún largo trecho por recorrer en materia de tasas.

 

September, bad news

Históricamente septiembre ha sido para Wall Street el peor de los meses, concediendo incluso que hay un quiebre del comportamiento desde el 90 a la fecha, donde su promedio ha mejorado considerablemente, siempre se ubica entre los percentiles más bajos (factores estacionales e impositivos se han identificado como causales de esta dinámica, empero distan de poder ser consideradas irrevocables). Adicionalmente, condice con esta estadística, el siempre vigente “buy in october sell in may”, invitando a un “buy the dip” de sept/oct.

 

Y entonces, ¿sí es un Rally de Bear Market?

Muestra la estadística tomando los ciclos bajistas del 74, 82, ,87, 2000, 2007 y hasta la última crisis de salubridad en el 20, que cuatro de estos periodos han sabido tener rallies alcistas de entre 13% y 24%, arrojando un promedios de 17.8% de avance y 6.5 ocurrencias dentro de la propia tendencia, emparentando al reciente movimiento al alza de aproximadamente 18% con uno de estos episodios contra tendenciales, y lo que es peor, de ser así, nos muestra el pasado que ante el fracaso de establecerse al comando de un renovado ciclo optimista, nuevos mínimos fueron alcanzados.

 

La frutilla del postre, Spread de tasas

Pocos indicadores han sabido predecir tan efectivamente períodos de recesión y consecuente baja en los mercados como el spread de tasas entre los bonos del tesoro americano de a 10 y 2 años, del mismo modo que han adelantado los momentos de recuperación.  Cada vez que la medición tomó valores negativos (además de anticipar otra serie de consecuencias que exceden el motivo de esta entrada) el S&P ha retrocedido como mínimo 22% (y la mayoría de las veces superado el 30%), evento que tuvo lugar el pasado marzo 28 y julio 20, y como esta las claras el retroceso no alcanzó aún dicha marca, y por si esto no fuera claro, siempre que el mercado comenzó una recuperación los valores ensayados por este presagioso oráculo mínimamente alcanzo 0.65 (que obedece a la crisis pandémica absolutamente exógena al universo financiero-económico, de allí que adjudico menos relevancia estadística) que si obviamos, en cambio deberíamos esperar una marca de 2.5 para asumir la proximidad de un nuevo mercado alcista.

 

Habiendo dicho todo esto, no estaría demás sumar a nuestros monitores estos guarismos que tan bien han sabido dar cuenta de la direccionalidad del mercado por venir.
 

 

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