Mercado en alerta: El índice del miedo toca niveles del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania
Los nuevos datos de inflación de Estados Unidos y las intervenciones de los diferentes Bancos Centrales del mundo hacen que el mercado llegue a niveles de temor no vistos desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Luego de varias semanas de mercado complicadas, fuertemente influenciadas por las decisiones de la política monetaria de los diferentes Bancos Centrales, los principales índices del mercado sufren y caen por debajo de soportes que pocos se imaginaban.
Además de ver caídas generalizadas en los diferentes mercados del mundo, también se puede observar una gran incertidumbre y temor por lo que puede pasar, principalmente, en la economía norteamericana. El VIX, índice que mide la volatilidad del mercado y comúnmente llamado "índice del miedo", ha vuelto a elevarse a niveles de evento de alto riesgo por encima de los 30 puntos.
Según opinan los analistas, este aumento se da debido a las intervenciones del Banco de Inglaterra para calmar a los inversores en su fuga de los activos británicos y atender las peticiones de auxilio de algunos fondos de inversión. Esto provocó gran incertidumbre a nivel global que, agregado a los datos de inflación de Estados Unidos, puede continuar afectando la valoración del mercado.
El VIX mide la volatilidad de las opciones financieras sobre el S&P 500 y las operativas de cobertura de los inversores y en el día martes llegó a un máximo de 34 puntos, un nivel próximo a los máximos anuales que marcó tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
El ultimátum se debe a que el banco central de Inglaterra pondrá fin a su plan de compras de emergencia de bonos británicos (gilt) por importe de 90.000 millones de libras que puso en marcha el pasado 28 de septiembre y que ha tenido que reforzar esta semana. La intervención de Andrew Bailey supone el punto álgido de una crisis que ha puesto contra las cuerdas al mercado británico y ha llevado a la libra esterlina a mínimos históricos frente al dólar.
"El Banco de Inglaterra y el Gobierno de Truss se han combinado sin proponérselo para colocarse a sí mismos, a la economía británica y, lo que es más dramático, a los mercados financieros del Reino Unido en una posición peligrosa e incierta. Si bien puede debatirse la conveniencia a medio plazo de proporcionar un apoyo fiscal significativo a la economía del Reino Unido, hacerlo en un momento de tanta volatilidad en los mercados y con la inflación todavía en alza, parece obviamente desaconsejable", argumenta James Athey, gestor de la firma escocesa abrdn.
Por otro lado, la velocidad de la Reserva Federal (Fed) subiendo los tipos de interés para poner freno a la inflación en EEUU ha hecho más fuerte la moneda norteamericana, al mismo tiempo que aceleró la caída de otras divisas de referencia como el euro, la libra o el yen ante el ensanchamiento del diferencial de tipos entre las diferentes áreas económicas. La Fed elevó en septiembre en 0,75 puntos, al 3-3,5%, su tasa oficial frente al 1,25% del BCE (+0,75 puntos) o el 2,25% (+0,5 puntos) del Banco de Inglaterra.
A su vez, el ascenso del dólar ha provocado inestabilidad en los mercados financiero y forzado a intervenir tanto al Banco de Japón como al británico. El BCE se ha quedado por el momento en la retórica agresiva de que seguirá subiendo los tipos de interés, aunque en julio puso en marcha un bazuca durmiente (TPI), con compras ilimitadas, para intervenir en el caso de que se produzca un deterioro grave en los mercados europeos.
"Es probable que el entorno futuro se caracterice por el grado de presión que los bancos centrales estén dispuestos a infligir a las economías para controlar la inflación, sobre todo en un momento en que los catalizadores de la inflación en Estados Unidos y Europa son diferentes. Sin embargo, lo que está claro es que frenarán las economías, lo que podría afectar a las compañías más vulnerables en crédito y renta variable. Creemos que es el momento de incluir bonos y crédito de elevada calidad en las carteras, pero manteniendo un enfoque diversificado en activos reales (materias primas, oro). Por tanto, el tema general es buscar rendimientos en áreas que puedan ofrecer protección ante una recesión económica y, al mismo tiempo, proporcionar rendimientos ajustados a la inflación", apuntan desde Amundi.