El Banco Central Europeo mantuvo sin cambios la tasa de interés

La presidenta Christine Lagarde, en su conferencia de prensa, se esperaba que mantuviera un tono prudente, sin cerrar la puerta a un eventual recorte adicional.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Hace 1 hora

El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves mantener sin cambios sus tasas de interés, en línea con lo esperado por los mercados, pero evitó ofrecer señales claras sobre sus próximos pasos.

 

La institución considera que la economía de la eurozona, integrada por 20 países, se encuentra en una posición relativamente sólida, aunque dejó abierta la posibilidad de nuevas flexibilizaciones si las condiciones lo exigen.

 

El BCE redujo su tasa clave al 2% hasta junio, pero desde entonces se mantiene en pausa. Los responsables de política monetaria sostienen que la inflación converge hacia el objetivo del 2% y que la coyuntura actual permite ganar tiempo para evaluar factores externos, como los aranceles impuestos por Estados Unidos, el mayor gasto fiscal de Alemania, los futuros recortes de tasas de la Reserva Federal (Fed) y la incertidumbre política en Francia.

 

En su comunicado, el organismo reiteró su compromiso de garantizar la estabilidad de precios, pero advirtió que no se compromete con una trayectoria predeterminada de tipos.

 

La presidenta Christine Lagarde, en su conferencia de prensa, se esperaba que mantuviera un tono prudente, sin cerrar la puerta a un eventual recorte adicional. El mercado aún descuenta una probabilidad de entre 50% y 60% de que haya un último ajuste a la baja hacia la primavera de 2026.

 

Las nuevas proyecciones del BCE anticipan que la inflación caerá temporalmente por debajo del 2% en 2026 y se mantendrá en torno al 1,9% en 2027, con la inflación subyacente en 1,8%, ambas cifras inferiores al objetivo oficial. Este escenario alimenta la expectativa de un recorte “de seguro” a fin de año.

 

El debate interno se centra en los riesgos. Los miembros más restrictivos sostienen que la economía europea mostró mayor resistencia de la prevista, con repunte de la producción industrial, consumo privado dinámico y apoyo fiscal en Alemania. En su visión, estas condiciones limitan la necesidad de más estímulos.

 

Por el contrario, los defensores de la política expansiva alertan que los aranceles de EE. UU. aún no se transmitieron del todo y podrían frenar la demanda, justo cuando la inflación amenaza con situarse por debajo de la meta. Además, los futuros recortes de la Fed podrían fortalecer al euro frente al dólar, presionando a la baja los precios en la región.

 

A esto se suma la inestabilidad política en Francia, que elevó los rendimientos de sus bonos y añade un factor de tensión a la eurozona. Aunque el BCE podría intervenir, las condiciones actuales no justifican una acción inmediata, lo que deja al banco central en un delicado equilibrio entre cautela y flexibilidad.

 

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?