Ley Marcial en Corea del Sur: crisis política y reacciones ciudadanas
El presidente surcoreano anunció la ley marcial en un contexto de tensiones políticas, pero el parlamento la rechazó de forma unánime. Esta situación genera desconcierto en la ciudadanía y repercusiones en el ámbito económico del país.
Por redacción
En un inusual giro en la política surcoreana, el presidente Yoon Suk Yeol, en un discurso televisado, anunció la declaración de ley marcial, lo que suscitó una rápida reacción en la Asamblea Nacional. Los 190 legisladores presentes en una sesión de emergencia votaron de manera unánime para bloquear esta medida, lo que llevó a que la ley marcial quedara inmediatamente inválida.
La presión del principal partido de oposición, el Partido Demócrata, ha llevado a un clima de tensiones políticas que, según Yoon, ha logrado paralizar a su gobierno. Las imágenes que circulan muestran a miembros del parlamento enfrentándose a las autoridades afuera del edificio de la Asamblea Nacional, resaltando la agitación en la capital.
La declaración de ley marcial, la primera desde 1980, cuando un levantamiento nacional tuvo lugar, generó inquietud en el ámbito político y económico. Las acciones en el mercado surcoreano cayeron y el dólar estadounidense ganó valor frente al won, alcanzando niveles que no se veían desde 2009. Además, el decreto habría prohibido actividades políticas y protestas, además de permitir arrestos sin necesidad de órdenes judiciales.
Frente a esta inestabilidad, se reporta un creciente desconcierto entre los ciudadanos, quienes buscan la cercanía con sus familias tras la polémica decisión de Yoon. A su vez, el gobierno de Estados Unidos, liderado por Joe Biden, está en contacto con las autoridades surcoreanas, dada la relevancia del tratado de defensa mutua entre ambos países, que podría verse afectado por la crisis interna.
Las manifestaciones han comenzado a surgir en diversas ciudades, con ciudadanos exigiendo la renuncia del presidente y la restauración de la democracia. Los analistas advierten que esta crisis podría desestabilizar aún más la economía surcoreana, afectando la inversión extranjera y el crecimiento a largo plazo, en un momento ya complicado por la inflación global.