Apple recupera la función de oxígeno en sangre en sus relojes en EE.UU

Tras recibir luz verde de las autoridades aduaneras, la compañía habilitará la medición mediante una actualización de software, en medio de una larga pelea legal con la empresa Masimo.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

Después de un ida y vuelta que duró años, Apple vuelve a habilitar la función de medición de oxígeno en sangre en algunos de sus relojes vendidos en Estados Unidos. La actualización de software llegará a los Apple Watch Series 9, Series 10 y Ultra 2, permitiendo que los usuarios vean sus niveles de oxígeno directamente desde el iPhone vinculado.

 

La decisión llega tras la aprobación de la Aduana de EE.UU., que le dio el visto bueno a Apple para sumar la función en modelos que, al momento de salir a la venta, no la tenían activa. La medida pone un nuevo capítulo en la novela judicial entre Apple y Masimo, una firma californiana que acusa a la compañía de Cupertino de robar su tecnología de oximetría de pulso y hasta de “cazar” empleados suyos, después de conversaciones fallidas para una colaboración.

 

Masimo había logrado en 2023 que la Comisión de Comercio Internacional bloquease las importaciones de los relojes Series 9 y Ultra 2 con la función, lo que obligó a Apple a sacarla y embarcarse en un largo proceso de apelación. Incluso con ventas suspendidas por momentos, Apple consiguió algunas victorias temporales en tribunales, pero en enero tuvo que retirar la oximetría de sus modelos en territorio estadounidense.

 

Ahora, con el visto bueno aduanero, la marca de la manzanita podrá devolver la función a quienes tengan estos modelos. El sistema funciona abriendo la app de oxígeno en sangre en el reloj, que recolecta los datos con sus sensores y luego los procesa en el iPhone para mostrar los niveles. Apple había introducido esta capacidad por primera vez en 2020, con el Apple Watch Series 6, mientras que Masimo lanzó su propio reloj con seguimiento de oxígeno en 2022.

 

La pelea, sin embargo, está lejos de terminar. Masimo sostiene que las patentes siguen siendo suyas y que Apple se benefició de desarrollos que no le pertenecen. Por su parte, Apple insiste en que su tecnología es propia y que la actualización de software no viola la prohibición vigente.

Más allá del enfrentamiento legal, el regreso de la función puede ser una buena noticia para usuarios que usan el Apple Watch para controlar su salud y entrenamientos. Pero también deja en claro que, en el competitivo negocio de los wearables, la innovación tecnológica no siempre avanza al ritmo que marca la ingeniería: muchas veces, el freno lo ponen los abogados.

 

Si la disputa sigue escalando, podría sentar un precedente clave para la industria, marcando hasta dónde puede llegar una empresa a la hora de incorporar funciones inspiradas —o directamente heredadas— de competidores. Y en un mercado donde cada sensor extra cuenta, perder una batalla de patentes puede costar mucho más que una función en un reloj

 

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