Otra empresa se suma al servicio de rampa y el Gobierno avanza en la desregulación aérea

La empresa española Acciona fue habilitada para operar servicios de rampa y asistencia en tierra en 15 aeropuertos del país. Ya son nueve las firmas autorizadas, aunque ninguna empezó a trabajar. Transporte dice que busca “más competencia y eficiencia”.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

El Gobierno nacional sigue abriendo puertas en el tablero aerocomercial. A través de la Disposición 38/2025, la Secretaría de Transporte dio luz verde a Acciona Servicios Argentina S.A., una filial de la multinacional española, para prestar servicios de rampa y operaciones en tierra en buena parte del país. Con esta decisión, ya son nueve las empresas habilitadas, aunque por ahora ninguna comenzó a operar efectivamente.

 

Desde Transporte explicaron que la medida apunta a “impulsar la competencia y la eficiencia en el sector”, dentro del esquema de desregulación aerocomercial que promueve el Gobierno. Acciona podrá ofrecer sus servicios en aeropuertos clave como Aeroparque, Ezeiza, Córdoba, Mendoza, Bariloche y Ushuaia, entre otros destinos turísticos y comerciales.

 

Hasta ahora, el negocio de las rampas —la asistencia en tierra a los aviones y equipajes— estaba dominado por un puñado de actores. Con la nueva oleada de licencias, el Ejecutivo busca abrir el juego y generar un ecosistema más competitivo, que abarate costos y mejore los tiempos operativos para las aerolíneas.

“Con este nuevo ingreso al mercado aéreo del país, el Gobierno Nacional continúa consolidando la apertura aerocomercial y el crecimiento del sector, mejorando la conectividad, ampliando la oferta de vuelos y elevando la calidad de los servicios para pasajeros y aerolíneas, a la vez que brinda a las compañías que vuelan más herramientas para operar en cielo y tierra, favoreciendo directamente al turismo y la economía”, informaron en Transporte.

 

El ingreso de Acciona al mercado es un paso más en la estrategia de apertura que el Gobierno viene empujando en los cielos argentinos. El plan oficial apuesta a replicar lo que ocurrió en los años del “boom low cost”: más empresas, más conectividad y, en teoría, mejores precios. Pero la falta de operaciones concretas —ninguna de las nuevas firmas está aún activa— deja el interrogante de si la competencia llegará pronto o si el proceso quedará en los papeles.

 

En el fondo, el movimiento revela una intención clara: romper monopolios y abrir negocios que durante años estuvieron concentrados. Si logra concretarse, la apertura podría traducirse en más dinamismo para el turismo y alivio para las aerolíneas. Pero si se traba en lo burocrático o en los conflictos gremiales, el riesgo es que el avión nunca despegue del todo.

 

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