Moody’s eleva la calificación de Argentina: ¿A qué se debe?

La calificadora de riesgo Moody’s ha decidido elevar la calificación de Argentina bajo la gestión de Javier Milei, pasando de “Ca” a “Caa3”. Este cambio refleja una serie de aspectos económicos positivos observados en el país. La agencia atribuye esta mejora a “un contundente cambio de política del Gobierno” que ha contribuido a realizar un ajuste fiscal y monetario, permitiendo de esta manera estabilizar las finanzas externas y minimizar la probabilidad de un eventual incumplimiento crediticio.

Moody’s también resalta la importancia de un posible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, señalando que “respaldaría aún más la posición de liquidez externa del país”. Esto generaría un clima de confianza entre los inversores, tanto nacionales como foráneos, facilitando el acceso del soberano a los mercados internacionales y diversificando las fuentes de financiamiento.

A pesar de estos avances, la calificadora advierte sobre los riesgos que aún persisten. Mencionan que “todavía existen riesgos importantes para la capacidad del país de cubrir los próximos pagos de la deuda externa”, alertando que situaciones como la eliminación de controles cambiarios y de capital o shocks negativos podrían desencadenar un evento crediticio que afecte a los tenedores de bonos.

La perspectiva positiva que han otorgado sugiere que hay un potencial de mejora en las calificaciones, a medida que Argentina avanza en su ajuste macroeconómico. Según la agencia, “una transición ordenada a una cuenta de capital más abierta sería coherente con calificaciones más altas”. Además, señalan que el incremento de las reservas internacionales podría respaldar una calificación más elevada, siempre que los flujos de inversión extranjera directa a largo plazo fortalezcan la sostenibilidad de la balanza de pagos.

Sin embargo, Moody’s también advierte que la mejora de la calificación podría verse amenazada si no se actúa con eficacia en la eliminación de los controles de capital, al tiempo que se mantiene equilibrada la sostenibilidad a largo plazo de la balanza de pagos. Finalmente, resaltan que “un ajuste abrupto del tipo de cambio” podría revertir los avances conquistados hacia la estabilización macroeconómica y, por consiguiente, llevar a una baja en la calificación.