Más motosierra: el Banco Nación cerrará 60 sucursales en todo el país

El ajuste del Banco Nación incluye el cierre de 60 sucursales y un cambio en los Centros de Atención PyME, apostando por los canales digitales. Se estima un ahorro mensual de 139 millones de pesos tras esta reestructuración.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 6 horas

 

El Banco Nación arrancó con una poda fuerte en su estructura, en línea con la motosierra libertaria de Javier Milei. El plan, que lleva el nombre de “Estrategia 2024-2027”, apunta a cerrar al menos 60 sucursales, centros de atención a PyMEs y oficinas que, según dicen, ya no son tan necesarias. La medida viene con el sello del ahorro y la modernización, dos palabras que suenan fuerte en los discursos oficiales de estos tiempos.

 

Hasta diciembre del año pasado, el banco tenía 769 bocas de atención repartidas por todo el país. Ahora la idea es bajarlas a un poco más de 700. ¿Cómo? Fusionando algunas, bajando la persiana en localidades donde hay más de una, y reacomodando al personal para que no sobre nadie. Con esto, calculan que se ahorrarían unos 139 millones de pesos por mes.

 

Uno de los cambios más fuertes está en cómo se atiende a las PyMEs. De los 45 centros que tienen hoy, 14 están en locales alquilados, y eso, en la lógica del recorte, no sirve. Así que chau oficinas fijas: ahora los ejecutivos van a visitar a los clientes directamente, como vendedores puerta a puerta. Con esta mudanza al modelo itinerante, se ahorrarían otros 30 millones por mes en alquileres.

 

El gran empujón va hacia lo digital. Ya a fines de mayo, el 98% de las operaciones se hacían por homebanking o desde el celular. Y cada vez más gente se anima a manejar todo desde ahí, sin tener que ir hasta una sucursal ni hacer fila con el número en la mano. El banco cuenta que las operaciones presenciales caen a razón del 25% por año. Con cada trámite que se muda al celular, menos papeles, menos empleados cara a cara y más velocidad.

Este plan, dicen desde el banco, busca poner al Nación a tono con los nuevos tiempos: menos mostradores, más tecnología y una estructura más “ágil” y barata. Claro que del otro lado de la ventanilla hay preocupación: en muchas localidades chicas, la sucursal del Nación es la única opción bancaria, y el cierre de estas oficinas puede complicar el acceso de vecinos y pymes a servicios básicos.

 

A pesar del recorte, desde el BNA remarcan que no se trata de una retirada, sino de una reorganización con foco en lo digital. Prometen seguir prestando servicios en todo el país, aunque de otra manera. El desafío será ver cómo se implementa en la práctica sin dejar a nadie colgado.

 

Mientras tanto, el debate sigue abierto. Algunos aplauden la modernización y la reducción del gasto; otros critican que esto afectará la inclusión financiera, sobre todo en zonas alejadas. Lo cierto es que la transformación del Banco Nación es una ficha más en el tablero de cambios que viene empujando el Gobierno, con la promesa de un Estado más liviano. 

 

 

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