Kicillof le hace frente al blanqueo de Milei y ARBA va al ataque, ¿Qué pasó?
El gobernador de la provincia de Buenos Aires no adhiere al blanqueo nacional y les mandará a ARBA a todos los bonaerenses que entraron al mismo.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
La provincia de Buenos Aires decidió patear el tablero y no adherirse al blanqueo de capitales impulsado por Javier Milei. Axel Kicillof dejó bien en claro que no está en sus planes sumar la medida al proyecto de ley impositiva que mandó a la Legislatura. Ni siquiera está considerando alguna alternativa para implementar algo similar.
Con esta jugada, ARBA (la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires) tiene ahora vía libre para cobrar impuestos provinciales que algunos podrían querer esquivar bajo el paraguas del blanqueo nacional. Así que, si alguien pensó que podía zafar de los tributos locales mientras se “blanqueaba” a nivel nacional, que se vaya preparando.
Mientras tanto, en el resto del país, las provincias están tomando decisiones. Santa Fe, por ejemplo, cobrará un 2% a quienes declaren más de 100 mil dólares, y Neuquén implementará una alícuota progresiva entre 0,75% y 1,25%. Salta se mandó con un 10% sobre lo tributado a Nación, y Mendoza directamente se sumó sin pedir nada extra.
La estrategia de ARBA
La postura de Buenos Aires le da una herramienta interesante a ARBA: podrá reclamar tributos que puedan haberse evadido, como Ingresos Brutos, impuestos sobre sellos o hasta bienes patrimoniales no declarados. Además, podría obtener información de los contribuyentes que abrieron cuentas CERA, ya que los bancos están obligados a reportar eso.
El desafío es saber cuánto blanqueó cada persona, pero ARBA no se queda quieta. En esta primera etapa del blanqueo ya se registraron unos 19 mil millones de dólares en más de 300 mil cuentas especiales. La segunda fase estará vigente hasta febrero de 2025, con una alícuota del 10% sobre excedentes de 100 mil dólares.
Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, respaldó la decisión de no sumarse al blanqueo. “La provincia no tiene ninguna obligación de adherir”, aseguró, y agregó que, aunque lo están evaluando, no es prioridad. También puso en duda la legalidad del fondo que sostiene esta política, y dejó claro que Buenos Aires no piensa meterse en este esquema por ahora.
El blanqueo de capitales sigue generando posturas encontradas. Mientras algunas provincias apuestan por aprovecharlo, otras como Buenos Aires prefieren marcar distancia y buscar otras alternativas. Lo que está claro es que ARBA no va a dejar pasar ninguna oportunidad para recaudar lo que considere que considera que le corresponde.