El Tesoro recompró letras al BCRA con dólares del FMI y achicó la deuda en más de US$ 1.200 millones

Con fondos del último desembolso del Fondo Monetario, Economía cerró una operación de recompra de LEFI por US$ 2.000 millones que estaban en manos del Banco Central. 

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 5 horas

En un nuevo capítulo de su estrategia para ordenar las cuentas y darle aire al Banco Central, el Gobierno concretó la recompra de letras intransferibles (LEFI) que estaban en poder de la autoridad monetaria. ¿Con qué plata? Con los US$ 2.000 millones que entraron hace pocos días desde el Fondo Monetario Internacional.

 

La medida quedó sellada en la Resolución Conjunta 37/2025 del Ministerio de Economía y la Secretaría de Finanzas, y se hizo a precio de mercado. Eso permitió cancelar bonos por nada menos que US$ 3.269 millones, con un impacto concreto: la deuda bruta del Tesoro bajó en US$ 1.269 millones.

 

El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, salió a ponerle números y contexto a la operación. Por un lado, dijo, es un mensaje al mercado: el Banco Central queda más fortalecido para enfrentar cualquier corrida contra el peso. Por el otro, cambia la “cara” de la deuda: lo que antes era un compromiso interno con el propio BCRA, ahora pasa a ser deuda externa, directamente con el FMI.

No es la primera vez que el Gobierno hace algo así. En mayo, cuando llegaron los primeros US$ 12.000 millones del programa con el Fondo, se utilizó parte de esos dólares para cancelar letras intransferibles por US$ 13.617 millones, reduciendo la deuda en US$ 1.617 millones.

 

Si se suman ambas operaciones, el resultado es contundente: se canceló deuda bruta por US$ 16.886 millones, se logró una baja neta de US$ 2.886 millones y el Banco Central quedó capitalizado por US$ 14.000 millones. Todo esto, asegura Quirno, sin usar un solo dólar para intervenir en el mercado cambiario ni para pagar vencimientos recientes con el Fondo, gastos que se cubrieron con el superávit fiscal que el Estado acumula desde enero de 2024.

 

En sus declaraciones, el funcionario no perdió la oportunidad de marcar diferencias políticas: calificó a las Letras Intransferibles como un “pagadiós” que, según él, usaron los gobiernos kirchneristas para quedarse con reservas del Banco Central sin devolverlas.

 

Con esta segunda recompra, el equipo económico de Luis Caputo busca mostrar que el plan acordado con el FMI no se limita a ajustar el gasto, sino que incluye una ingeniería financiera para que el BCRA recupere poder de fuego y el Tesoro achique su carga de deuda. Claro que el costo político no es menor: parte de lo que antes quedaba “en casa” ahora se le debe a un acreedor externo con el que la Argentina tiene una larga y compleja relación.

 

En el mercado, la señal fue interpretada como un refuerzo de confianza, pero también como un recordatorio de que el sendero fiscal y financiero del Gobierno está atado, en buena medida, a lo que pase con el FMI y a su capacidad para cumplir con las metas del programa.

 

 

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