Argentinos ahorrando en moneda boliviana, una práctica del siglo XIX que se reedita

En el norte de nuestro país, sobre todo en las ciudades fronterizas con Bolivia, muchos argentinos han adoptado la moneda boliviana como unidad de ahorro.

Por Ariel Dabbah

Founder en Río de la Plata Compañía Numismática

Lunes 11 de julio del 2022 a las 4:39 pm

 

Hace algunos días supimos que, en el norte de nuestro país, sobre todo en las ciudades fronterizas con Bolivia, muchos argentinos han adoptado la moneda boliviana como unidad de ahorro. Un fenómeno llamativo, pero con absoluto sentido económico si vemos la realidad de la moneda de cada uno de los países. Lo curioso de esta noticia y quizás no tan conocido es que esta práctica tiene un profundo arraigo histórico, de hecho, la moneda boliviana fue de curso legal en nuestro país durante gran parte del siglo XIX.

 

Nuestra historia nacional esta signada desde sus orígenes por la falta de una moneda que sirva a la población en toda su dimensión. Durante los primeros años de la independencia la acuñación de moneda fue limitada mayormente por la falta de acceso a metales, oro y plata, ya que la minería local era muy limitada, y la falta de una casa de acuñación. Por lo que entre 1810 y 1822, aun habiendo ocurrido una acuñación de moneda soberana simbólica en 1813 y 1815 en Potosí, el circulante seguía siendo dominado por la moneda colonial española.

 

En las siguientes cuatro décadas, del 1820 al 60 fue imposible establecer una moneda nacional dada la enorme conflictividad entre las provincias y la situación de guerra civil. Existieron en este período distintas monedas metálicas y en papel patrocinadas principalmente por las provincias de Buenos Aires, Córdoba y La Rioja unilateralmente. También siendo muy limitadas las acuñaciones y constantes los fraudes y las devaluaciones con los billetes de banco, que siempre se emitían más allá de su respaldo. Es en este período en el cual la moneda metálica boliviana republicana comenzó a dominar la circulación en nuestro país supliendo la ausencia de una unidad local estable. Los Soles bolivianos eran utilizados como unidad de cuenta y de ahorro y las monedas provinciales se utilizaban principalmente para el pago de impuestos y obligaciones. La ley de Gresham, esa que dice que cuando circulan dos monedas, la buena desaparece del mercado y la mala circula de forma más veloz, fue siempre una constante en nuestra historia económica.

 

 

 

La importancia de la moneda boliviana en la economía argentina del siglo XIX quedó plasmada para siempre en el veinteño que se conoce como de “anarquía monetaria”, de 1860 a 1881. Luego de las Batallas de Caseros y Pavón, durante el incipiente proceso de unificación nacional, se aprobaron las primeras leyes de moneda, siendo la más importante la de 1875. Las normas fueron confusas y pobremente ejecutadas, con ausencia de moneda metálica. Por lo que muchos bancos provinciales y privados decidieron emitir billetes a la circulación respaldados en moneda de plata boliviana, dado que era la única moneda buena que podía conseguirse contante y sonante.

 

 

Las provincias litorales como Santa Fé y Entre Ríos fueron las que más emitieron en plata boliviana.

 

Fue en 1881 durante la presidencia de Julio Argentino Roca que finalmente el país pudo dotarse de un sistema monetario unificado y con representación metálica y en papel. Fue de hecho la moneda más duradera y estable en nuestra historia y apuntaló la emergencia del país como una potencia mundial. Duró en la circulación casi inalterada hasta la década de 1950 y lo que muy pocos saben, que aquellas monedas acuñadas en plata entre 1881 y 1883, conocidos como pesos Patacón, fueron acuñados con metal principalmente proveniente de la fundición de la enorme cantidad de moneda boliviana que estaba atesorada en todos los bancos del país y en posesión de particulares que debieron entregarlas en la Casa de Moneda para su fundición y resurrección como moneda argentina. Aún así la adopción de la nueva moneda fue lenta y los “medios bolivianos”, monedas de plata de 50 centavos, siguieron circulando profusamente hasta bien entrado el siglo XX. 

 

 

Billete de 1869 emitido en Rosario con el Rostro de Jose de San Martín emitido en moneda Boliviana.Billete de 1869 emitido en Rosario con el Rostro de Jose de San Martín emitido en moneda Boliviana.

 

En conclusión, la moneda boliviana ha sido uno de los principales sostenes de nuestra economía durante casi la totalidad del siglo XIX y la “plata boliviana” siempre ha sido una divisa bien ponderada en un país que adolece de forma crónica la falta de una moneda estable. La sobre emisión, devaluación y el fraude a la población a través del dinero está en nuestro ADN como nación y no parece que el futuro sea promisorio en esa materia. Nada nuevo un país donde la historia siempre tiende a repetirse.

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