10 consejos para dormir y descansar mejor en verano
Dormir bien durante el verano es posible si hacés pequeños ajustes en tu rutina y en tu ambiente.
Por redacción
El verano puede ser una temporada maravillosa para disfrutar del sol y el aire libre, pero también puede traer consigo dificultades para dormir debido al calor, la humedad y la mayor cantidad de luz. Si estás buscando descansar mejor durante estos meses, aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a dormir más profundamente y despertar renovado.
1. Ajustá la temperatura de tu habitación
El calor es uno de los principales enemigos del sueño en verano. Mantener una temperatura fresca en la habitación es clave para un buen descanso. Si tenés aire acondicionado, usalo para enfriar el ambiente antes de dormir, pero asegurate de que no esté demasiado frío. Si no tenés aire acondicionado, un ventilador puede ser una buena opción. Si es posible, abrí las ventanas por la noche para aprovechar la frescura del aire nocturno, pero asegurate de que la habitación esté protegida de ruidos molestos o de la luz directa al amanecer.
2. Elegí la ropa adecuada para dormir
Usar ropa ligera y transpirable es fundamental en verano. Optá por pijamas de algodón o lino, que permiten la circulación del aire y ayudan a mantener el cuerpo fresco. También podés probar dormir con menos ropa o usar ropa de dormir sin mangas, siempre que te sientas cómodo.
3. Aprovechá las siestas, pero con moderación
En verano, el calor puede hacer que te sientas más cansado durante el día. Si bien una siesta corta (de 20 a 30 minutos) puede ayudarte a recargar energías, es importante no dormir demasiado durante el día, ya que esto podría interferir con tu sueño nocturno. Si dormís siestas largas, tratá de hacerlas antes de las 3 p.m. para no afectar tu descanso nocturno.
4. Hacé ejercicio, pero no justo antes de dormir
El ejercicio regular mejora la calidad del sueño, pero en verano es importante evitar hacer actividad física demasiado tarde, ya que el aumento de la temperatura corporal puede dificultar el sueño. Lo ideal es ejercitarse por la mañana o por la tarde, pero evitando las últimas horas de la noche.
5. Controlá la luz ambiental
En verano, los días son más largos y la luz puede dificultar tu sueño. Si sos sensible a la luz, usá cortinas opacas o una máscara para dormir que bloqueen la luz. Además, tratá de reducir la exposición a pantallas (móviles, tablets, computadoras) antes de dormir, ya que la luz azul de los dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
6. Mantené una rutina de sueño regular
Aunque las temperaturas y el horario de verano pueden influir en tus hábitos, mantener una rutina de sueño constante es clave. Tratá de acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj biológico y facilita el proceso de conciliar el sueño.
7. Tomá líquidos, pero con cuidado
Es fundamental mantenerse hidratado durante el verano, pero evitá beber grandes cantidades de líquidos justo antes de dormir para no interrumpir el sueño con visitas frecuentes al baño. Optá por bebidas ligeras como agua o infusiones relajantes, y limitá el consumo de cafeína y alcohol en las horas previas al descanso.
8. Creá un ambiente relajante antes de dormir
El calor no es el único factor que puede afectar tu descanso; el estrés y la ansiedad también juegan un papel importante. Dedicá los últimos 30 minutos antes de acostarte a actividades relajantes, como leer un libro, practicar respiración profunda o escuchar música suave. Un ambiente tranquilo y relajado favorecerá el sueño profundo.
9. Evitá comidas pesadas antes de dormir
Durante el verano, es tentador disfrutar de comidas más copiosas o picantes, pero estos alimentos pueden dificultar la digestión y alterar tu sueño. Tratá de cenar al menos dos horas antes de acostarte y optá por comidas ligeras, como ensaladas, frutas o proteínas magras, para evitar malestares digestivos.
10. Buscá frescura con una ducha o baño
Una ducha fresca antes de acostarte puede ayudarte a bajar la temperatura corporal y relajarte. Además, un baño con agua tibia también puede tener un efecto relajante, ya que eleva la temperatura del cuerpo para luego disminuirla rápidamente, lo que favorece la sensación de somnolencia.