Jubilados: el bono de $70.000 seguirá congelado hasta 2026 y acumulará casi dos años sin cambios

Los adultos mayores que cobran la mínima seguirán recibiendo el mismo bono de refuerzo, sin aumentos ni actualizaciones durante todo el año que viene.

Por redacción

Hace 5 horas

Los jubilados que cobran los haberes mínimos recibieron una doble mala noticia: el bono de refuerzo de $70.000 no solo se mantiene sin aumento en noviembre, sino que el Gobierno ya anticipó que seguirá igual durante todo 2026. Así lo confirma el decreto 771/2025, publicado en el Boletín Oficial, y el propio proyecto de Presupuesto del año próximo, que no prevé mayores fondos para ese beneficio.

 

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el monto destinado a bonos previsionales se mantendrá en torno a $3,8 billones, casi calcado al de este año. Eso implica que el refuerzo, que nació como una ayuda temporal, quedará completamente congelado. En términos reales, el poder de compra de ese bono se derrite mes a mes: su peso en el PBI bajará del 0,4% al 0,3%.

 

En noviembre, con el ajuste por inflación del 2,08%, la jubilación mínima pasará a $333.150,65. Sumando el bono, el ingreso total llegará a $403.150,65. Pero como el adicional no se actualiza desde marzo de 2024 —cuando subió de $55.000 a $70.000—, los jubilados que cobran la mínima ya perdieron casi toda esa mejora. Desde entonces, la inflación acumulada ronda el 95%, y se espera que llegue al 100% en noviembre.

La pérdida es evidente: mientras las jubilaciones en general aumentaron un 147,8% desde marzo, el ingreso total de quienes cobran la mínima (sumando el bono) solo subió 97,1%. Es un rezago del 25,6%. Para empatar, el bono debería ser de más de $170.000.

 

El Gobierno mantiene el refuerzo como una compensación por los efectos de la vieja ley de movilidad del kirchnerismo, a la que Milei criticó por no contemplar la inflación. Pero, paradójicamente, el bono actual también se quedó inmóvil frente a los precios.

 

El Presupuesto 2026 prevé una inflación del 10% promedio —una estimación que la mayoría de los economistas considera demasiado optimista— y proyecta una leve mejora real para los haberes medios y altos. En cambio, para quienes cobran la mínima, la OPC estima una caída del 0,6% en términos reales.

 

Así, los jubilados cerrarán 2026 con 34 meses de bono congelado y una pérdida de poder adquisitivo que, lejos de frenarse, amenaza con profundizar la brecha con el resto del sistema previsional.

 

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