Baja el Impuesto País, suben las expectativas
Llega septiembre y el Gobierno confirmó la reducción de la alícuota del Impuesto País. ¿A quiénes afectará? ¿Cómo impacta en los consumidores? ¿Bajarán los impuestos para el turismo?
Por Yanina Lojo
Experta en comercio exterior y finanzas
Como viene anunciando el Gobierno, en septiembre reducirá desde el 2 de septiembre el Impuesto País. Así lo confirmó en las últimas horas el ministro de Economía. Se espera que en breve se publique la normativa al respecto y de esa manera despejar aún las dudas que hay respecto a cómo se llevará a cabo y a quiénes alcanzará. Lo que sí es seguro es que pronto deberían verse beneficiados los consumidores.
¿Qué sucedió en diciembre?
En diciembre de 2023, el ministro de Economía anunció que se iba a elevar la tasa de Impuesto País del 7,5% al 17,5% que se aplica al momento de pagar una importación de determinados bienes y fletes internacionales. Asimismo, adelantó que la medida era transitoria y que se revertiría en cuanto fuera posible.
Septiembre es el momento en donde se produce el reajuste. Es importante tener en cuenta que en el universo de alícuotas del Impuesto País coexisten varias diferentes. Por el momento, no se sabe si la reducción alcanzará a otros bienes y servicios que abonamos con la tarjeta de crédito como plataformas digitales o pasajes o paquetes turísticos. Aunque el mensaje del ministro sólo habla de importación de bienes y fletes internacionales.
¿Cómo nos veremos beneficiados?
Si la reducción se aplica solo a aquellos bienes y a los fletes que se encuentran alcanzados por este 17,5%, los consumidores se verán beneficiados en una reducción de precios. En un contexto como el actual, con una contracción en la demanda, una disminución de los costos que le permita a las empresas mejorar la oferta será bien recibida no solo por quienes importan los productos, sino también por sus compradores.
Por lo que, esta medida se vuelve importante como otra herramienta para resolver la cuestión de la inflación; en particular, si se la piensa como parte de un todo dentro de otros beneficios ya dados, como la suspensión del pago de algunos impuestos cuando se importan bienes de la canasta básica.
La cuestión más importante es: ¿Cuán rápido veremos el impacto en los precios? Y aunque nos gustaría que sea inmediato, puede que demore un poco en llegar. Por lo menos, hasta que se sepa cómo se aplicarán los pagos a cuenta ya realizados.
Es importante tener presente que aquel que realiza una importación abona el 95% del Impuesto al momento de ingresar al país la misma. Por ello, mucha mercadería ha ingresado al país y abonado el 95% del 17,5%, por lo que la reducción del impuesto al 7,5% impactará cuando vaya a pagar el bien. ¿Por qué? Porque el hecho imponible no es la operación de ingresar mercadería o adquirir servicios, sino la compra de divisa para el pago de estos. Es por lo que se vuelve relevante ver qué tratamiento se le da a ese pago a cuenta para determinar cómo afinan el lápiz las empresas.
¿Qué pasa con el dólar tarjeta o turista?
Cuesta imaginarse que en el escenario tan complicado para las reservas se tomen decisiones sobre la alícuota del 30% del Impuesto País que se aplica a la compra con tarjeta de crédito y a los pasajes aéreos. Por el momento, solo hay expectativas, pero no certezas. Lo mismo pasa con los pagos de servicios digitales como plataformas de películas o música.
El impacto en las reservas y la recaudación
El segundo semestre, por cuestiones de estacionalidad, es en el que más dólares el sector privado le demanda al BCRA para pagos al exterior y menos ingresos recibe por ventas. A esto se le suman las flexibilizaciones que se dieron en las últimas semanas, que deberían comenzar a impactar en septiembre.
El anuncio de la reducción del Impuesto País probablemente haya tenido un efecto positivo, dado que muchas empresas tomaron la decisión de postergar los pagos para cuando ya estuviera vigente la nueva alícuota. Lo mismo sucedió con las importaciones. No son pocas las firmas que demoraron la llegada de bienes al país para que estos se nacionalicen con una menor alícuota.
Esto tendrá dos efectos: pagos de agosto que se harán recién en septiembre y otros, que se habrían hecho en el noveno mes pasarán a octubre. La difícil tarea que tiene el BCRA es lograr evitar un cuello de botella durante los próximos meses.
En cuanto a la recaudación, es importante señalar que hoy el Impuesto País representa casi un 40% de esta. Por lo que la reducción de la alícuota tendrá un impacto significativo, por la caída de los ingresos. Aunque la apuesta fuerte parece ser la reactivación, y que sean los impuestos vinculados al consumo.
El otro dato que no podemos dejar pasar es el siguiente: con la cotización de hoy, el dólar importador pasaría a ser de $1.021,25, mientras que el exportador cerró ayer en torno a los $1.016. ¿Qué significa esto? Que aquellas empresas que deben importar insumos para producir localmente y luego exportar, recibirán menos pesos por cada dólar que liquidan que los que deberán disponer para comprar divisa y pagar sus compras. Esto obviamente, impacta en las ventas al exterior.
El desafío por delante
La reducción del Impuesto País se convierte en una esperanza para los operadores, pero la clave será su eliminación. ¿Cuándo llegaría? En enero recién, ya que la ley tiene vigencia hasta el 31 de diciembre de 2024, y, según indicó el Ejecutivo, no propondrá su prórroga.
Este momento es ideal para que los consumidores analicen el comportamiento del mercado y tomen decisiones para que en diciembre puedan aprovecharlas y maximizar su poder adquisitivo. Pero esto no es aplicable para todos los productos, primero porque algunos no verán cambios en su alícuota, y en otros, porque no hay posibilidad de postergar compras. Por ejemplo, en el caso de bienes intermedios, insumos, o elementos que se utilizan en la cadena productiva de otros.
Pero lo más interesante es observar cómo responden las cadenas productivas en un esquema de reducción tributaria de cara a posibles cambios a futuro.
¿Cuánto tiempo tardan en trasladar a precios estos cambios? ¿Cómo se adaptarán? ¿Cuánto tiempo tardará en verse en los precios?
Lo que si tenemos claro es que en un país donde todo lo que sube casi nunca baja, en menos de dos semanas se eliminaron las retenciones del IVA y ganancias para los cobros digitales, y ahora se reduce un impuesto. Habrá quienes objetarán diciendo que es volver a foja cero – puesto que la suba se hizo con el cambio de gobierno-, pero hasta ahora es algo que no se veía en la economía argentina.
¿Habrá llegado el momento para que el sector privado empiece a ver las mejoras que tanto necesita?