Trump impuso aranceles del 10% a los productos argentinos, incluidos el acero y aluminio
El gobierno argentino espera un gesto de la Casa Blanca para aliviar los aranceles del 10% aplicados a las exportaciones, aunque por ahora el acero y el aluminio no serán beneficiados.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
En el Palacio San Martín no hay mucho para festejar. Pese a las expectativas que se manejaban puertas adentro, Estados Unidos sigue firme con su política arancelaria y Argentina no logró colarse entre los países con trato preferencial. La medida de Donald Trump impone un 10% de arancel generalizado para todos los países con superávit comercial con EE.UU., y Argentina está en la lista, junto a Brasil, India y hasta algunos aliados estratégicos.
Según explicaron fuentes diplomáticas, el nuevo esquema perjudica a países a los que EE.UU. les compra más de lo que les vende, y eso aplica de lleno para Argentina. “EEUU aplicaba una estructura de tasas comerciales moderadas de 10% que puede variar por producto pero que es bastante anterior de la liberalización impulsada durante el gobierno”, comentó uno de los negociadores argentinos que viene siguiendo el tema desde hace semanas.
A pesar del revés, el presidente Javier Milei pareció tomarlo con humor: celebró su inclusión en la lista de países afectados con la canción de Queen “Amigos son los amigos”, en clara alusión a Lula y Petro, también alcanzados por los aranceles. Sin embargo, en la Cancillería ya no se ríen tanto. La esperanza era conseguir al menos excepciones para productos clave, pero Washington todavía no confirmó nada oficialmente.
A todo esto, se supo que durante sus viajes a EE.UU., Milei no planteó el tema de los aranceles al acero. El canciller Werthein salió a bajarle el tono al asunto: “los aranceles no es un tema que discutan los presidentes”, dijo, dando a entender que las conversaciones están atascadas en el plano técnico y diplomático.
El Gobierno también buscó mover fichas desde el Mercosur, ofreciendo a Washington 50 códigos arancelarios preferenciales como gesto de buena voluntad. Pero más allá del entusiasmo mostrado en la última cumbre de Buenos Aires, la respuesta del norte sigue siendo el silencio.
Para peor, el arancel del 10% es apenas un piso. Otros países enfrentan subas aún más fuertes: desde el 19% para India y Vietnam, hasta un 41% para Siria. Incluso Canadá fue alcanzado con un castigo del 25 al 35% por el tema del fentanilo.
En definitiva, mientras Milei busca posicionarse como aliado incondicional de Washington, la Casa Blanca no ha dado señales de ceder. La industria argentina, en especial la del acero y el aluminio, sigue esperando un gesto que no llega. Y en la diplomacia criolla, el malestar crece en silencio