Efecto Dólar: El BCRA endurece su política monetaria y eleva los encajes bancarios al 40%

Con el dólar oficial cerca de los $1.400 y la plaza caliente, el Banco Central apretó el torniquete: endurece la absorción de pesos y complica el juego a los bancos.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 13 horas

En medio de un cimbronazo cambiario que puso al dólar oficial a un paso de los $1.400, el Banco Central decidió meter mano fuerte para cortar con la fiesta de los pesos sueltos. A partir del 1° de agosto, los bancos deberán guardar más plata bajo el colchón: el BCRA sube los encajes hasta un 40%. Así lo anunció su presidente, Santiago Bausili.

 

El apretón se formalizó mediante la Comunicación "A" 8289 y apunta a secar un poco la plaza: menos pesos girando, menos presión al dólar (en teoría). La medida afecta a depósitos a la vista, plazos fijos con opción de cancelación anticipada, fondos comunes de inversión tipo money market y cauciones bursátiles. Para estas operaciones, el encaje sube del 30 al 40%. Y para las cuentas corrientes, del 36 al 40%.

“El objetivo es que los bancos manejen saldos más parejos a lo largo del mes”, explicó Bausili en una charla transmitida por el streaming oficialista Carajo, sin evitar un tono algo técnico. En concreto, lo que busca el Central es reducir esos picos de exceso de pesos que después terminan empujando al dólar y alimentando la inflación. Según el funcionario, se detectaron diferencias llamativas en los encajes según el tipo de cliente, y no por las características reales de las cuentas. Algo que quieren ordenar.

 

Además, se achicó la posibilidad de cubrir el encaje con títulos públicos: del 9% permitido antes, ahora sólo el 5%. El guiño va directo a alentar más uso de instrumentos en pesos "duros", y menos timba con papeles del Tesoro. Con eso, el BCRA se guarda una carta más para tener bajo control la cantidad de dinero circulando.

 

Pero no todos lo ven con buenos ojos. Desde la city ya se escucharon las primeras quejas. Algunos operadores advirtieron que la medida llega con efecto retroactivo sobre los saldos de julio, cuando los bancos venían operando con el encaje viejo del 30%. Resultado: ahora tienen que inmovilizar más plata justo sobre fondos que ya tomaron. Y eso pega fuerte en la rentabilidad.

 

“El impacto es inesperado y genera un agujero financiero”, deslizó un gerente de una entidad privada. No es menor: el negocio bancario en Argentina ya venía flaco por la recesión y ahora se suma esta presión extra. Hay quienes creen que la medida es necesaria, pero llega en un momento delicado, donde cualquier ruido se amplifica en los mercados.

 

¿Freno inflacionario o cortocircuito bancario?

 

Desde lo económico, la decisión del BCRA tiene sentido si el objetivo es descomprimir tensiones cambiarias y evitar que los pesos sobrantes vayan directo al dólar. En un contexto donde el Gobierno no puede darse el lujo de convalidar otra mega devaluación, absorber liquidez se vuelve una herramienta casi obligada. Más aún, si se busca anclar expectativas sin tener que subir tasas.

 

Sin embargo, este tipo de medidas tienen efectos colaterales. Al exigir más encaje, se reduce la capacidad prestable de los bancos y encarece el costo de fondeo. En una economía ya golpeada por la baja actividad, el riesgo es terminar enfriando aún más el crédito y profundizar la recesión. El equilibrio es delicado: controlar la emisión sin matar al paciente. 

 

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