Caputo anunció un recorte en la meta de reservas acordada con el FMI para 2025

El Gobierno consiguió alivio en las metas del Fondo: el BCRA ya no tendrá que juntar u$s8.900 millones este año. El nuevo número es la mitad, aunque en 2026 el compromiso será más pesado.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 13 horas

En un nuevo capítulo del ida y vuelta con el Fondo Monetario, el ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó este jueves que Argentina consiguió bajar la meta de acumulación de reservas para 2025. Lo hizo en una transmisión en vivo, mano a mano con el presidente Javier Milei, y detalló que se trata de una baja de u$s5.000 millones respecto al objetivo original.

 

“Es una reestimación de u$s5.000 millones menos para este año. Es algo mucho más lógico”, explicó Caputo, que buscó mostrarse relajado con el cambio. Según el ministro, “la acumulación de reservas en definitiva es una consecuencia de las bondades del programa económico”, y puso como ejemplo que no se puede fijar un día exacto para comprar dólares: “Por ahí las reservas las compraba el 18 de junio, pero el target era el 13. No podés tener una fecha exacta”.

 

El alivio no es gratis: Caputo también avisó que el Fondo pidió que se compense con más exigencia en 2026. “Nos piden que acumulemos menos durante este año y más después”, dijo. En criollo: el oxígeno es ahora, pero se paga más adelante.

 

El plan original obligaba al Banco Central a sumar u$s8.900 millones en reservas netas entre marzo y diciembre de 2025. Con este retoque, esa meta queda reducida a menos de la mitad. El cambio se da luego de que el FMI aprobara un desembolso de u$s2.000 millones, una señal de que Washington sigue acompañando, aunque con letra chica.

Desde el Palacio de Hacienda celebran que el Fondo haya aceptado flexibilizar el cronograma. No obstante, algunos economistas advierten que lo que no se acumule este año habrá que hacerlo después, y en un contexto que podría ser mucho más desafiante.

 

Con este nuevo escenario, el Gobierno busca ganar tiempo y mostrar cierta capacidad de negociación con el organismo. Sin embargo, el compromiso de fondo no se achica: sólo se patea para más adelante. El desafío ahora será cumplir el nuevo cronograma sin que eso se traduzca en más presión sobre el dólar ni sobre la economía real, dos temas candentes para la opinión pública.

 

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