Merval rebota 32% y acciones argentinas suben hasta 50% en Wall Street tras triunfo de LLA

Tras la sorpresiva victoria del oficialismo en las elecciones de medio término, los activos locales registran fuertes alzas, con un desplome del dólar y la expectativa de una caída del riesgo país que podría reabrir el acceso a deuda internacional.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 3 horas

El mercado financiero argentino reaccionó con entusiasmo al inesperado triunfo del oficialismo, La Libertad Avanza (LLA), en las elecciones de medio término. Antes incluso de la apertura formal de la jornada bursátil, las acciones argentinas en Wall Street ya mostraban alzas superiores al 40% en el premarket, extendiéndose luego hasta un 50% en moneda dura durante la sesión oficial, con Banco Supervielle liderando las ganancias.

 

En la plaza local, el índice Merval experimentó un rebote cercano al 32% medido en dólares, recuperando casi la totalidad de las pérdidas acumuladas durante el año. Según la consultora 1816, esta sería la mayor suba diaria en tres décadas, comparable solo con el repunte tras la salida de la convertibilidad en enero de 2002.

 

El dólar oficial, que había cerrado en $1.515 el viernes previo a las elecciones, mostró una fuerte caída en el Banco Nación, referencia para minoristas. Durante la jornada, la cotización tocó un mínimo de $1.370 en ventanillas, para luego estabilizarse alrededor de $1.450, lo que implica una baja de aproximadamente $65 respecto al cierre anterior.

 

Los sectores que lideraron las subas en el mercado local fueron las energéticas y el financiero. Metrogas registró un avance del 30% en la primera hora, seguida por Banco Supervielle y Transener, que escalaron 29% y 27% respectivamente.

Por su parte, los bonos en dólares también mostraron una fuerte recuperación, con incrementos de hasta el 23%, encabezados por el Global 2035. Esta reacción positiva era esperada por los analistas tras confirmarse la contundente victoria de LLA, que renueva expectativas sobre la sostenibilidad de la deuda argentina en los mercados internacionales.

 

Pedro Siaba Serrate, de PPI, comentó: “La deuda hard dollar, siguiendo la tendencia de bonos emergentes y su propia beta, debería estar casi 19% por arriba del nivel del viernes. En ese sentido, imaginamos que, si le sumamos el apoyo de Estados Unidos, esa brecha se puede llegar a recortar significativamente”.

 

La expectativa principal del mercado es que el riesgo país, que cerró el viernes en 1.081 puntos, se desplome durante la sesión hasta niveles entre 500 y 700 unidades. Esto podría acelerar el regreso de Argentina a los mercados internacionales de deuda. Operadores indicaron que el indicador de JP Morgan se ubicaba en torno a las 700 unidades antes del inicio de la rueda oficial.

 

Desde Delphos señalaron que “las acciones y los bonos se encontraban fuera de contexto, absolutamente sobrevendidos debido al modo pánico en el que ingresó el mercado desde la elección de septiembre. En un contexto financiero global tan favorable como el actual, vemos que nuestros activos realizarán probablemente un rápido 'catch up'. El más importante será el desplome del riesgo país, que rápidamente podría dirigirse a la zona de 500 puntos básicos”.

 

Además, destacaron que “las acciones tienen mucho terreno por recuperar en una región latinoamericana que brilló en 2025. Bancos y petroleras serán los vehículos que muchos inversores globales buscarán para tomar posiciones en un país que ‘no se suicidó’”.

 

El dólar cripto, que opera 24/7 y había superado los $1.550 en aplicaciones locales, fue la primera señal de la reacción del mercado tras el cierre de los comicios. Los inversores que se habían dolarizado comenzaron a vender, anticipando un retroceso en la cotización.

 

Delphos advirtió que “el tipo de cambio volverá a operar entre las bandas fijadas por el BCRA, con riesgo de mucha volatilidad inicial dada la sobre-cobertura con la que ingresaron muchos operadores”.

 

El optimismo del mercado refleja una renovada confianza en la gestión oficialista para implementar reformas estructurales y ajustes en la política económica que permitan una flotación administrada y la acumulación de reservas. En ese escenario, el gobierno podría recuperar el acceso a financiamiento externo en los próximos meses, bajo un marco de estabilidad y crecimiento.

 

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