La FED se prepara para volver a recortar las tasas tras señales de enfriamiento laboral

Con un mercado laboral más débil de lo previsto, los operadores descuentan que la Reserva Federal recortará la tasa de interés en su reunión de septiembre y volverá a hacerlo en octubre.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 6 horas

La Reserva Federal de Estados Unidos se encamina a retomar el sendero de bajas en su tasa de referencia. Según operadores financieros, el banco central podría reducirla en 25 puntos básicos la próxima semana —del actual rango de 4,25%-4,50%— y repetir la jugada en octubre, con la posibilidad de un tercer recorte en diciembre.

 

La apuesta se fortaleció tras la revisión preliminar de la Oficina de Estadísticas Laborales, que reveló que en el año hasta marzo la economía creó 911.000 empleos menos de lo calculado. Eso implica que las nóminas mensuales habrían crecido menos de la mitad de lo informado originalmente, una señal de enfriamiento que se suma a los datos más recientes sobre desaceleración del empleo.

 

En ese contexto, analistas como Sal Guatieri, de BMO, sostienen que la Fed ahora tiene “otra razón” para mover la tasa a la baja, consolidando la expectativa de más recortes que los dos que los funcionarios habían proyectado en junio. Aun así, el banco central mantiene la cautela: la inflación todavía se ubica por encima del 2% y los riesgos derivados de la política arancelaria de Donald Trump siguen presentes.

 

Los inversores también moderaron sus apuestas hacia 2026: la probabilidad de un cuarto recorte en enero cayó a menos del 40%, frente al escenario de casi 50-50 previo a la publicación de los nuevos datos. La atención estará puesta esta semana en los próximos informes de inflación, que podrían definir el ritmo del relajamiento monetario.

Más allá del alivio financiero inmediato, los recortes de tasas podrían tener efectos mixtos en la economía global. Por un lado, darían aire a países emergentes al suavizar la presión sobre el dólar y mejorar el acceso a financiamiento. Pero, por otro, podrían alimentar nuevas burbujas de deuda si el ciclo de bajas se prolonga más de lo necesario.

 

Para EE.UU, el desafío será evitar que el estímulo monetario choque con una inflación que aún no está completamente bajo control. La Fed camina por una cornisa: si baja demasiado rápido, corre el riesgo de recalentar los precios; si se queda corta, puede profundizar el enfriamiento laboral. La clave, otra vez, estará en encontrar el equilibrio.

 

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