Prestigioso economista cree que el mercado actual se asemeja a las burbujas del 2000 y 2008

David Rosenberg alertó que la especulación y la emoción podrían prevalecer sobre los fundamentos y el pensamiento racional, lo que podría llevar a una corrección abrupta en los mercados.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Viernes 21 de julio del 2023 a las 1:03 pm

 

El reconocido economista David Rosenberg advirtió sobre el actual entusiasmo febril en torno a las acciones, comparándolo con episodios históricos que precedieron a importantes colapsos financieros.

 

En su nota de investigación, Rosenberg destacó similitudes entre la confianza inquebrantable de los inversores de hoy y la que se vivió antes de la Gran Caída de 1929, la burbuja de las puntocom en los años 2000 y el colapso del mercado inmobiliario en 2008.

 

El presidente de Rosenberg Research también manifestó su preocupación por la economía estadounidense, señalando que los consumidores están quedándose sin efectivo y enfrentando dificultades para obtener préstamos. Comparando la situación actual con citas famosas pronunciadas antes de crisis pasadas, Rosenberg advirtió sobre el miedo a perderse algo (FOMO, por su sigla en inglés) que impulsa el alza en la renta variable.

 

El especialista enfatizó en que el S&P 500, el Nasdaq y el Dow Jones han experimentado un aumento este año debido al optimismo de los inversores sobre las tecnologías y la inteligencia artificial. Sin embargo, alertó que la especulación y la emoción podrían prevalecer sobre los fundamentos y el pensamiento racional, lo que podría llevar a una corrección abrupta en los mercados.

 

Además, mostró una perspectiva bajista sobre el futuro económico de Estados Unidos. Los consumidores, que dependían de sus ahorros y tarjetas de crédito durante la pandemia, ahora se encuentran "al final de la cuerda". Datos como una disminución en las ventas minoristas reales anualizadas y mayores tasas de rechazo para tarjetas de crédito, hipotecas y préstamos para automóviles respaldaron su postura.

 

Estas malas noticias podrían desencadenar una desaceleración general, erosionar las ganancias corporativas y provocar una recesión si se produce una disminución significativa en el gasto del consumidor y una restricción en el acceso al crédito.

 

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