La economía rusa tambalea por la inflación, la guerra y la amenaza de Trump

La falta de mano de obra a causa de la guerra disparó los índices de inflación en Rusia. Además sobrevuela la amenaza de más sanciones occidentales por parte de Donald Trump.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Jueves 23 de enero del 2025 a las 1:45 pm

 

La economía rusa, que siempre dependió de vender petróleo, gas y minerales, aguantó bastante bien el tema de las sanciones después de que invadieron Ucrania en 2022. Hasta creció en estos últimos dos años. Pero ahora se esta complicando por demás: falta gente para trabajar, las tasas de interés están altísimas, y la inflación no da respiro porque están gastando cada vez más dinero para sostener una guerra que ya lleva tres años.

 

Todo esto tiene a un sector del Kremlin pensando que capaz lo mejor sería negociar para salir de este embrollo. Y ahí aparece Trump, que volvió al poder y dice que va a cerrar el conflicto rápido. Igual, cuidado, porque Putin ya avisó que Rusia no va a negociar cualquier cosa. Según él, Ucrania tendría que aceptar que Rusia se quede con lo que ganó territorialmente y dejar de querer entrar en la OTAN.  

 

Mientras tanto, desde Moscú, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, reconoció que la economía tiene sus “problemas”, pero la pintó mejor de lo que parece, diciendo que el país está bancando tanto las necesidades militares como las sociales. Es como decir: “Estamos mal, pero vamos bien”.  

 

Ahora, los números no mienten. La inflación ya está en los dos dígitos, y el banco central tuvo que subir las tasas al 21% para frenarla. Eso no le gusta a nadie: ni a los empresarios ni a la gente común. Y, como si fuera poco, la falta de mano de obra por el contexto de guerra hace que suban los salarios, lo que mete más presión a los precios.  

Putin, dicen, está cada vez más preocupado con la situación. En diciembre tuvo una reunión con empresarios donde, según cuentan, se le notó frustrado porque la inversión privada se está frenando por el costo del crédito. Aunque públicamente los elogió, puertas adentro parece que les cantó unas cuantas verdades.  

 

Además, hay empresarios de peso como el CEO de Rosneft, Igor Sechin, o el magnate del aluminio Oleg Deripaska, que se quejan de las tasas altas porque les está complicando el panorama. Pero Elvira Nabiullina, la gobernadora del banco central, no se achica. La mujer, que está al mando desde 2013 y tiene banca de Putin, sostiene que la inflación es el verdadero monstruo, y no va a aflojar con las tasas por más críticas que reciba.  

 

Al final del día, la guerra no solo le está saliendo cara a Ucrania, sino también a Rusia. Y aunque Putin dice que los objetivos de la guerra ya están cumplidos (como conectar Rusia con Crimea y desgastar al ejército ucraniano), cada vez se le hace más difícil sostener la narrativa de que todo está bajo control.

 

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