Guerra en Medio Oriente: Trump dijo que todo terminó pero los ataques continúan

Donald Trump tuvo que reconocer que tanto Israel como Irán violaron el pacto de no agresión de un par de horas atrás. "No saben que demonios están haciendo, estos tipos tienen que calmarse", dijo.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 5 horas


El Medio Oriente está en llamas, y no es una metáfora. Desde hace casi dos semanas, el conflicto entre Israel, Irán y, ahora, Estados Unidos, escaló a niveles que nadie quería imaginar. Lo que empezó como un ataque sorpresa de Israel contra instalaciones nucleares iraníes el 13 de junio se convirtió en una guerra abierta, con misiles cruzando fronteras, drones cayendo sobre ciudades y una diplomacia que parece estar de vacaciones. 

 

Lo que arrancó el viernes 13 de junio, fue cuando Israel lanzó un ataque masivo contra Irán, bautizado como "Operación León Ascendente". Más de 200 aviones de guerra israelíes bombardearon instalaciones nucleares en Natanz, Isfahán, Fordo y otras ciudades clave, además de bases militares y altos mandos de la Guardia Revolucionaria iraní. Según el ejército israelí, el objetivo era frenar de una vez por todas el programa nuclear de Teherán, que Netanyahu lleva años señalando como una amenaza existencial. En el primer día, murieron pesos pesados como el comandante de la Fuerza Aérea iraní, Amir Ali Hajizadeh, y hasta el jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami.

 

Hoy martes se escucharon explosiones en Teherán por ataques aéreos israelíes, a pesar de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que Israel había cancelado los ataques bajo su mando para preservar un alto el fuego de hace horas.

Dos testigos contactados por teléfono por Reuters en la capital iraní dijeron que escucharon dos fuertes explosiones. La oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció que Israel había atacado un sitio de radar cerca de Teherán en lo que dijo era una represalia por los misiles iraníes disparados tres horas y media después de que debía comenzar el alto el fuego.

 

 

El alto el fuego que no fue

Ayer, 23 de junio, Trump sorprendió al mundo anunciando un “alto el fuego total” entre Israel e Irán por 12 horas, con la esperanza de que se volviera permanente. “¡Es hora de la paz!”, escribió en Truth Social. Pero la tregua duró menos que un helado en verano. A las pocas horas, Israel acusó a Irán de lanzar misiles, y Teherán devolvió la acusación, diciendo que los israelíes habían tirado tres oleadas de bombas sobre su capital.

 

Trump, furioso, salió a decir que ambos violaron el acuerdo y amenazó con “no tirar más bombas” si Israel seguía atacando.

 

Hoy, martes, la situación sigue igual de caliente. Medios iraníes reportaron explosiones en el norte de Teherán esta tarde, aunque niegan haber roto el alto el fuego. Israel, por su parte, dice que detectó misiles iraníes y ordenó nuevos ataques contra la capital iraní. Las agencias de noticias como AP confirman que Benjamin Netanyahu aceptó la tregua, pero con la condición de que Irán no dispare más. Sin embargo, las acusaciones cruzadas hacen que nadie crea que esto se va a calmar pronto.

El conflicto está dejando un reguero de destrucción. En Irán, los bombardeos israelíes y estadounidenses arrasaron con instalaciones nucleares, bases militares y hasta edificios civiles. La televisión pública iraní fue atacada el 16 de junio, dejando tres muertos, entre ellos dos trabajadores de prensa. En Teherán, los barrios residenciales no se salvaron: hay fotos de columnas de humo saliendo de edificios y hospitales desbordados. La ONG Hrana habla de casi mil muertos y más de 3.400 heridos, aunque el gobierno iraní baja la cifra para no mostrar debilidad.

 

En Israel, los misiles iraníes golpearon duro. Tel Aviv y Jerusalén vivieron noches de terror, con sirenas antiaéreas y refugios llenos. Haifa fue una de las ciudades más castigadas, con 44 heridos en un solo ataque el 20 de junio. Un hospital en Soroka, al sur, fue alcanzado por un misil iraní, dejando pacientes heridos y obligando a evacuar el lugar. Las autoridades israelíes reportan 28 muertos desde el inicio del conflicto, pero los heridos ya superan los 130.

 

El alto el fuego de Trump está en terapia intensiva, con Israel e Irán acusándose mutuamente de romperlo. Netanyahu dice que ya logró sus objetivos, pero no suelta el pie del acelerador. Jamenei, por su lado, jura que no se rendirá, aunque el costo para Irán es cada vez más alto. Trump, atrapado entre su promesa de no meterse en guerras y la presión de sus aliados, no termina de definir el rumbo.

 

Lo que está claro es que Medio Oriente es un tablero de ajedrez donde nadie quiere ceder. Los civiles, como siempre, son los que pagan el precio más alto, atrapados entre bombas y promesas vacías. La diplomacia tiene una chance, pero parece que nadie la está escuchando. 

 

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