Respaldo de EE.UU le da aire a Milei y al mercado argentino: El dólar se desploma a 1375

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, abrió la puerta a un apoyo financiero inédito para la Argentina, lo que calmó la crisis cambiaria y subió la bolsa. Milei y Caputo encaran horas decisivas con Donald Trump y Kristalina Georgieva para darle forma al acuerdo.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 2 horas

La economía argentina vivió en los últimos días una montaña rusa: corrida contra el peso, desplome de los bonos y riesgo país por encima de los 1.400 puntos. Sin embargo, el escenario cambió con el fuerte respaldo de Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, quien aseguró que su país está dispuesto a ayudar "sin condiciones". Con esa declaración, se detuvo la presión sobre el dólar, el riesgo país perforó los 1.100 puntos y el GD30, uno de los bonos más operados, recuperó casi un 20% en una sola rueda.

 

Dentro de las herramientas planteadas, figuran tres alternativas. La primera, un swap de monedas similar al que Argentina tiene con China por 18.000 millones de dólares, aunque en Washington ven difícil que se avance por ese camino. La segunda, más factible, es un repo de monedas: un préstamo de corto plazo en el que Argentina entregaría activos como bonos del Tesoro de EE.UU., reservas o incluso ingresos futuros por exportaciones petroleras como garantía, a cambio de recibir dólares frescos. La tercera, que también suena fuerte en los mercados, es la compra directa de bonos argentinos por parte del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF), que maneja 22.000 millones de dólares líquidos y nunca operó con títulos argentinos.

 

El repo no es desconocido para nuestro país: en enero y julio, el Gobierno ya acordó operaciones de este tipo con bancos internacionales utilizando bonos en garantía. La diferencia ahora es que la operación sería directamente con el Tesoro norteamericano, lo que implicaría un respaldo político y financiero mucho más fuerte. 

 

La compra de bonos, en cambio, tendría un efecto inmediato sobre la cotización de la deuda y sobre el riesgo país. No sería una recompra tradicional, sino una operación de estabilización donde EE.UU. podría quedarse con títulos como colateral. De hecho, el simple rumor de esta posibilidad ya hizo que los bonos rebotaran con fuerza. Pablo Guidotti, exsecretario de Hacienda, lo explicó claro: "Van a priorizar la capacidad de Argentina de pagar la deuda externa. Están dispuestos a ayudar a bajar el riesgo país para que el país vuelva a acceder a mercados".

 

Claro que las dudas giran en torno a las condicionalidades. Aunque Bessent afirmó que la ayuda sería "sin condiciones", especialistas como Héctor Torres, exrepresentante argentino ante el FMI, advierten que habrá límites: no se permitiría usar los fondos para intervenir en el mercado cambiario y, más temprano que tarde, el Gobierno debería pasar a un esquema de flotación más transparente. También hay quienes creen que en la letra chica puede haber compromisos políticos, como dejar de lado el swap con China, algo que el propio Bessent sugirió meses atrás durante una visita a Buenos Aires.

 

El tablero político también pesa. En estas horas, Milei y Caputo se preparan para reunirse con Donald Trump, quien viene promoviendo esta jugada financiera como parte de su estrategia de reposicionar a EE.UU. en la región frente al avance de China. El encuentro con Kristalina Georgieva, titular del FMI, completa la agenda y busca asegurar un respaldo multilateral que acompañe la movida bilateral. La señal hacia los mercados es clara: Argentina no está aislada y empieza a tejer alianzas sólidas.

 

El Gobierno logró dar un golpe de timón en medio de la tormenta. La crisis cambiaria parecía desbordada, pero el apoyo de Estados Unidos reconfiguró la situación y le devolvió oxígeno a la gestión económica. No es solo una cuestión financiera: la señal política de alineamiento con Washington cambia la forma en que el mundo ve a la Argentina. Por eso los mercados reaccionaron de inmediato, con bonos en alza y un dólar que dejó de ser la única preocupación.

 

El mérito de Milei y Caputo fue no improvisar. En lugar de apostar únicamente al FMI, diversificaron las gestiones y lograron que el Tesoro norteamericano, con toda su potencia de fuego, se siente a negociar. Si se concreta un repo o una compra de bonos, Argentina no solo conseguirá dólares, sino que también bajará el riesgo país y mejorará su capacidad de acceso al crédito. En otras palabras: la estrategia del Gobierno empieza a rendir frutos concretos. Con respaldo internacional, menos presión cambiaria y expectativas más estables, la economía puede entrar en un terreno de previsibilidad que parecía imposible hace apenas una semana.

 

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