El BCRA anticipó que flexibilizará el cepo a las empresas en la medida del acceso a los mercados globales

El Banco Central (BCRA) dio una nueva señal sobre el futuro del cepo cambiario para las empresas. En un informe publicado este semana, donde detalló sus lineamientos y objetivos para 2026, la autoridad monetaria confirmó que la flexibilización de las restricciones vigentes estará atada al acceso de la Argentina a los mercados internacionales de deuda.

La entidad que conduce Santiago Bausili ya había anticipado cambios en el esquema de bandas cambiarias y en la estrategia de acumulación de reservas. Ahora sumó una definición clave para el sector privado: el levantamiento gradual del cepo empresario dependerá de que el Tesoro logre un “acceso fluido” al financiamiento externo.

“A fin de preservar las condiciones de estabilidad financiera, durante el próximo año el BCRA continuará calibrando su política macro y microprudencial para adaptarla a las particularidades del contexto local”, señala el documento. En ese marco, el Central remarcó que, si se consolida el equilibrio cambiario y mejora el acceso a los mercados externos, podrá avanzar en la flexibilización de las restricciones que todavía pesan sobre el giro de dividendos y el pago de deudas comerciales previas a 2025.

Cabe recordar que las restricciones vigentes alcanzan a los dividendos y deudas comerciales generadas antes de 2025. A partir de 2026, en cambio, las compañías sí tendrán acceso al mercado de cambios para cumplir con obligaciones correspondientes al ejercicio 2025, siempre dentro del marco regulatorio que defina el BCRA.

El enfoque del Central está en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En su último staff report, correspondiente a la primera revisión del programa, el organismo avaló la continuidad de las restricciones cambiarias para las empresas como una herramienta para preservar la estabilidad y corregir los desequilibrios externos.

Desde el FMI señalaron que la flexibilización seguirá siendo gradual y estará condicionada a dos factores centrales: la reconstrucción sostenida de reservas y la recuperación del acceso de la Argentina a los mercados internacionales de capital. En otras palabras, la salida del cepo empresario dependerá tanto del orden macroeconómico como de la confianza que logre generar el país puertas afuera.

En ese contexto, el mensaje oficial busca marcar un rumbo previsible, pero sin plazos cerrados. Para el Gobierno, la clave pasa por reducir la dependencia del financiamiento externo sin generar sobresaltos cambiarios, mientras que para las empresas el desafío será convivir, al menos por ahora, con un cepo que promete alivios, pero con condiciones claras.