Qué aumentos están dispuestos a aceptar las grandes cadenas de supermercados
Los supermercados se pusieron firmes y rechazaron aumentos de muchos proveedores como Molinos, Unilever, SC Johnson, Bunge y otros. ¿Qué cifra de aumentos aceptarían remarcar?.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Ayer lunes, los supermercados pusieron un freno de mano y dijeron que no van a convalidar aumentos que no tengan justificación. Eso sí, tampoco se cierran al diálogo: esta semana se vuelven a sentar a charlar con las proveedoras. Algunas empresas, que venían con la idea de remarcar entre un 9% y 12% antes de Semana Santa, ahora bajaron sus pretensiones.
Tanto las cadenas grandes como los almacenes de barrio coinciden en que ya no da para subir los precios así como así, sobre todo porque la gente no está comprando como antes. En marzo, los alimentos se dispararon un 5,9%, bastante más que el 3,7% del promedio general. Y el consumo sigue en picada: ya van quince meses seguidos de caída, y el mes pasado fue del 5,4%, según datos de Scentia.
Igual, en voz baja, admiten que podrían llegar a un acuerdo en el medio, porque también entienden que las empresas están con los márgenes muy apretados por los costos que no paran de subir. Pero remarcan que cualquier suba debería ser moderada, de no más del 3%, y solo en algunos productos puntuales.
Con la baja del dólar oficial —este lunes se fue a $1.110, después de haber estado a $1.160 la semana pasada—, hay cadenas que dicen que, si se aprueba algún aumento, tiene que estar alineado con cómo viene la devaluación. O sea, si el dólar no sube fuerte, los precios tampoco deberían hacerlo.
Desde los mayoristas fueron tajantes: “No hay razón para que aumenten los precios. Ni el aceite ni el café, nada. En marzo, la inflación mayorista fue del 1,5%, así que lo único que empujó un poco el índice fue el crawling peg. La única suba razonable sería una parecida a la devaluación de abril”.
Un gerente de una cadena comentó que se podría aceptar algo similar a la inflación desde la última lista que se pactó, aunque aclaró que eso depende de cada relación comercial, qué se había acordado antes, y qué tan flexible sea la dinámica con esa proveedora.
Las empresas de consumo masivo, por su parte, dijeron que están mirando de cerca cómo se mueve el dólar estos días para ver qué impacto real tiene en sus costos, después de lo que llamaron una "reacción exagerada" la semana pasada, según la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).
Esa reacción vino después del apretón del Gobierno, que escrachó por redes a empresas como Molinos Río de la Plata y Unilever. También se mencionó a SC Johnson, Softys, AGD y Bunge, que querían subir precios en aceites, harinas, productos de limpieza y cuidado personal. Milei, fiel a su estilo, retuiteó mensajes que decían que si aumentan, no les compres, o directamente que se “metan los productos en el orto”..
El subsecretario de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, fue en la misma línea y dijo que si el dólar baja, como anticipó el Presidente, no hay razón para aumentar precios. “Los consumidores tienen la última palabra. Si te quieren aumentar, no compres”, escribió este lunes. Y cerró diciendo que “en el gobierno de Milei no hay lugar para los vivos”.