El Gobierno informó una nueva baja de retenciones para el campo
El Ejecutivo anunció otra reducción en los derechos de exportación para los principales granos. La apuesta oficial es darle oxígeno al agro y avanzar hacia un esquema impositivo más liviano, siempre que el equilibrio fiscal lo permita.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
En la Casa Rosada volvieron a mover fichas para el agro: esta vez, con un recorte adicional en las retenciones que pagan los granos y sus derivados. La medida se enmarca dentro del paquete de alivio fiscal que el Gobierno viene impulsando para uno de los sectores que más divisas genera. La idea, según remarcan puertas adentro, es seguir achicando la carga impositiva de forma “estable” y dar previsibilidad.
Luis Caputo fue el encargado de contar la noticia y lo hizo a través de X, donde explicó que la baja de retenciones es un objetivo que la administración de Javier Milei sostiene desde el día uno. “Eliminar las retenciones ha sido siempre una prioridad para el presidente Javier Milei. Y seguiremos haciendo todo lo posible por alcanzar este objetivo lo antes posible. Ya hemos dado muchos avances concretos en esta dirección y seguiremos haciéndolo, en la medida que las condiciones macroeconómicas así lo permitan”, escribió el ministro.
En números gruesos, el año pasado el fisco recaudó unos US$ 5.500 millones por retenciones agrícolas. Este año, con más producción y mejores precios, proyecta cerca de US$ 8.200 millones. La poda anunciada implicaría un impacto fiscal aproximado de US$ 500 millones.
Desde el Gobierno insisten en que aliviar la carga sobre el agro es clave para potenciar la competitividad del sector, que hoy explica alrededor del 60% de las exportaciones del país. La apuesta oficial es incentivar la producción, sostener el empleo y reforzar la presencia argentina en el mercado global. En la misma línea, Manuel Adorni remarcó en X: “El camino siempre será el de bajar impuestos, siempre respetando el equilibrio fiscal”.
El anuncio llega en un momento particular para el trigo. La cosecha viene con una producción récord y más de la mitad del área ya levantada. Con apenas 6 millones de toneladas destinadas al consumo interno, lo que sobra va directo a exportación. Sin embargo, la sobreoferta tiró los precios al nivel más bajo en ocho años, por lo que la baja de retenciones suma algo de aire a la competitividad del cereal.
Mientras tanto, buena parte de la soja y del maíz ya fue vendida tras la eliminación temporal de retenciones en septiembre. Según datos oficiales al 26 de noviembre, queda por comercializar el 20% de la soja y el 35% del maíz.
No es la primera vez que el Gobierno mueve el tablero este año. En enero había aplicado una baja temporal de retenciones hasta junio, y en la Rural de Palermo Milei anunció que la rebaja sería permanente. Después, en septiembre, directamente suspendió las retenciones a los granos y las carnes, aunque esa ventana duró apenas tres días por la avalancha de Declaraciones Juradas de exportación.
Más allá de la discusión técnica, en el sector leen la medida como una señal política: la Casa Rosada quiere dejar claro que su hoja de ruta es ir hacia un esquema tributario más liviano. Aunque desde las entidades del campo celebran el gesto, también advierten que la estabilidad y la previsibilidad serán igual de importantes que la baja impositiva.
Hacia adelante, el clima político y la macro definirán si el Gobierno puede seguir avanzando con este tipo de recortes. Por lo pronto, la rebaja anunciada suma una nueva ficha en la pulseada por dinamizar un sector que hoy funciona como uno de los pilares de la economía argentina.
