El BCRA y la CNV intensifican la supervisión sobre cauciones y tasas de interés

El Gobierno puso la lupa sobre las tasas y las cauciones bursátiles, en un intento por enfriar la volatilidad del dólar y ordenar la liquidez antes de las elecciones.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 3 horas

En medio de un clima financiero cargado de incertidumbre, el ministro de Economía, Luis Caputo, desplegó un operativo de pinzas para tratar de mantener a raya al dólar y evitar un sacudón en las semanas previas a las elecciones de medio término. El Banco Central, bajo la conducción de Santiago Bausili, y la CNV decidieron intensificar el monitoreo de los mercados de tasas y cauciones, un segmento que en el último año explotó y ya mueve más de $2 billones por mes.

 

La medida apunta a tener información en tiempo real sobre precios, volúmenes y operadores, con el foco puesto en las cauciones, que se negocian en BYMA, MAE y Rofex. Según explicaron desde el Central, el objetivo es contar con una “mirada integrada” de los flujos para anticipar movimientos especulativos que puedan tensionar tanto las tasas como el tipo de cambio.

 

El endurecimiento regulatorio se suma a la seguidilla de normas que vinieron apareciendo tras la salida de las LEFI, que habían dejado al sistema con tasas cortas disparadas, por encima del 80% anual. Ahora, además de mayores controles, se piden reportes detallados a los agentes bursátiles para seguir de cerca el origen y destino de los fondos.

La decisión se da en un contexto político complejo: los audios filtrados por sectores de la oposición que comprometen a la cúpula oficialista y la incertidumbre por el 7 de septiembre aceleraron la salida de inversores de activos de riesgo, golpeando a los bonos en dólares y llevando al riesgo país a la zona de 800 puntos. Frente a esto, el Gobierno también reforzó el ajuste monetario, subiendo encajes al 53,5% y permitiendo que se integren en parte con bonos del Tesoro, en un intento de absorber liquidez y darle aire a las próximas licitaciones.

 

La estrategia oficial combina dos frentes: endurecer el control de los flujos financieros y secar la plaza de pesos. En el corto plazo, puede dar resultados y evitar un salto brusco del dólar, pero el costo es alto: más presión sobre las tasas y menos crédito para la actividad.

 

El monitoreo reforzado sobre las cauciones refleja la creciente preocupación por un mercado que se volvió central en la dinámica de la liquidez. Si ese canal se desordena, el impacto sobre las tasas puede ser inmediato y trasladarse al resto de la economía.

 

En paralelo, la suba de encajes muestra que la prioridad sigue siendo contener al dólar. El problema es que cada punto que se suma al encaje le quita oxígeno al sistema financiero, lo que se traduce en menos préstamos y mayores costos de financiamiento para el sector privado.

 

El Gobierno apuesta a ganar tiempo y llegar a las elecciones con cierto orden en los mercados. Pero el equilibrio es muy frágil: el riesgo de que la presión cambiaria se dispare o que la economía real termine pagando el ajuste con más recesión está a la vuelta de la esquina.

 

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