Caputo viaja a Washington para negociar la ayuda financiera de Trump

Con el dólar presionando al alza y los mercados en alerta, el ministro de Economía, Luis Caputo, partió rumbo a Estados Unidos para cerrar un swap de monedas por 20 mil millones de dólares con el Tesoro norteamericano. 

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

El ministro de Economía, Luis Caputo, despegó este viernes rumbo a Washington junto a su equipo económico más cercano —Santiago Bausili (BCRA), José Luis Daza (viceministro) y Pablo Quirno (Finanzas)— con una misión clave: convencer al gobierno de Donald Trump de avanzar con un swap de monedas por U$S 20.000 millones, en medio de la creciente tensión financiera local.

 

El propio Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, había anticipado el jueves su apoyo al gobierno argentino: “Estamos preparados para hacer lo necesario para estabilizar la economía”, escribió en su cuenta de X. Sin embargo, más tarde aclaró que la asistencia no incluiría fondos frescos ni garantías de crédito, sino un simple intercambio de monedas, descartando una ayuda más directa.

 

El viaje ocurre en un contexto complicado: el dólar mayorista se disparó a $1425, apenas un 10% por debajo del techo de la banda cambiaria, mientras que el riesgo país trepó a 1264 puntos. El Tesoro intervino con ventas por US$ 250 millones para frenar la escalada, pero el Banco Central se mantuvo al margen. La situación genera nerviosismo en el mercado, que mira con lupa cada señal que llegue desde Washington.

 

En paralelo, el Fondo Monetario Internacional reiteró su respaldo al ajuste fiscal impulsado por Javier Milei, pero volvió a remarcar la fragilidad política del programa y la necesidad de acumular reservas con un esquema cambiario más flexible. Desde el organismo insisten: sin consenso interno, no hay sustentabilidad.

 

Fuentes en EE:UU aseguran que la Casa Blanca espera “gestos concretos” de Milei para marcar distancia con China, principal socio financiero alternativo de la Argentina. Washington observa con recelo los proyectos chinos activos en el país, como las represas de Santa Cruz, el Belgrano Cargas y las centrales nucleares. 

Además, puertas adentro del Partido Republicano no todos están cómodos con rescatar a la Argentina. Algunos sectores cuestionan la prioridad de ayudar a un país extranjero mientras los agricultores estadounidenses reclaman asistencia. 

 

El viaje de Caputo a Washington es una carrera contra el tiempo. Milei necesita una señal contundente antes de las legislativas del 26 de octubre para frenar la presión cambiaria y recuperar confianza. Pero los estadounidenses juegan fuerte: quieren compromisos políticos, no promesas.

 

Si el swap se concreta, podría dar un poco de aire financiero. Pero si fracasa, la presión sobre el peso y los bonos argentinos podría volverse inmanejable. La pulseada deja claro que la ayuda externa nunca es gratuita: detrás del salvavidas hay una factura geopolítica que el Gobierno deberá evaluar si está dispuesto a paga

 

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