Flexibilización: ya no habrá tope para ingresar dólares por exportación de servicios profesionales
Desde hoy, los trabajadores argentinos que presten servicios al exterior podrán recibir divisas sin el límite anual de US$36.000. Además, los bancos no podrán cobrar comisiones por esos ingresos.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Gobierno dio un paso más en la flexibilización cambiaria y esta vez apuntó a un sector clave: los profesionales que venden sus servicios al exterior. A través de la Comunicación A 8330, el Banco Central eliminó el tope anual de US$36.000 que regía hasta ahora para ingresar divisas. La medida entra en vigencia hoy viernes y abre la posibilidad de recibir sin restricciones los pagos en dólares por exportaciones de servicios.
En concreto, ya no existirá el límite que hasta el año pasado estaba en US$24.000 y que luego se había elevado a US$36.000. De esta forma, los freelancers y trabajadores del conocimiento podrán ingresar lo que facturen sin obligación de liquidarlo ni de rendir cuentas por montos máximos.
La norma también establece que los bancos no podrán cobrar comisiones en esas operaciones. Es decir, cuando un profesional reciba dólares desde el exterior en su cuenta en moneda extranjera, el monto se acreditará completo, salvo los gastos que correspondan a entidades foráneas que intervengan en la transferencia, y que deberán trasladarse al cliente al costo, sin recargos.
La decisión es un guiño fuerte hacia un segmento dinámico de la economía que genera divisas sin necesidad de infraestructura pesada ni grandes inversiones iniciales: el talento argentino que exporta conocimiento. Al sacar trabas y costos extra, el Gobierno busca potenciar esa fuente de ingresos genuinos y reforzar la competitividad frente a otros países de la región.
Además, se trata de una señal clara en medio de un escenario cambiario tenso: abrir la puerta para que más dólares entren por la vía de los servicios ayuda a mejorar el flujo de divisas y, al mismo tiempo, premia a quienes producen y traen recursos desde afuera. Es un incentivo sano y alineado con la idea de un programa económico que busca ampliar la base exportadora sin ahogar al sector privado con regulaciones absurdas.