La relación entre la música melancólica y el placer en momentos de tristeza según la psicología

La música melancólica ofrece a los oyentes una forma de desconexión ante situaciones angustiosas. Según el Dr. Shahram Heshmat, profesor asociado emérito de economía de la salud de la adicción en la Universidad de Illinois en Springfield, muchas personas recurren a melodías tristes en momentos de intensa emotividad.

El experto destaca que a través de la música, se logra expresar diversas emociones. Cuando las personas se sienten melancólicas, suelen hablar con un ritmo más pausado y un tono profundo.

Los beneficios psicológicos de la música triste no son menores. Al sumergirnos en estas melodías, logramos canalizar emociones negativas y desconectarnos de amenazas o peligros reales que podrían generar ansiedad. Este tipo de música permite experimentar tristeza sin la carga de la culpa por la inacción. Es un refugio emocional que brinda una forma segura de revivir esos sentimientos.

Desde un ángulo más científico, la música puede desencadenar la liberación de prolactina, una hormona que provoca sensaciones de tranquilidad y relajación, similar a la que las madres producen al amamantar. Esta hormona ayuda a suavizar el dolor mental y puede ofrecer apoyo durante el duelo.

Además, la empatía emerge como un sentimiento fundamental en este contexto musical. Definida como la capacidad de comprender las emociones ajenas, aquellos que se conmueven con melodías tristes suelen tener una alta puntuación en mediciones de empatía. Este fenómeno destaca que las personas emocionalmente receptivas son a menudo las más impactadas por la música melancólica.

Sin embargo, también es importante realizar esta práctica por breves periodos, ya que escuchar constantemente música triste puede generar un efecto de tristeza prolongada. Es importante que, una vez liberada la emoción, la persona se pueda volver a enfocar en cosas que lo hagan sentir mejor.