"Esperando la Carroza" cumple 40 años: el clásico que nunca pasa de moda

Se cumplen 40 años del estreno de una de las películas más queridas por los argentinos. Por qué hoy sigue tan vigente.

Por redacción

Martes 06 de mayo del 2025 a las 4:13 pm

 

Este martes 6 de mayo se cumplen 40 años del estreno de Esperando la Carroza, una película que, lejos de envejecer, se ha convertido en un fenómeno cultural inmortal. Dirigida por Alejandro Doria y basada en la obra teatral de Jacobo Langsner, la comedia negra llegó a los cines en 1985 y desde entonces no ha dejado de resonar en el imaginario colectivo argentino.

 

Una tragicomedia familiar muy nuestra

Ambientada en el barrio de Versalles, la historia gira en torno a una familia disfuncional que entra en crisis cuando creen que Mamá Cora, una anciana de 80 años (inolvidable interpretación de Antonio Gasalla), ha desaparecido o incluso se ha suicidado. A partir de este malentendido, afloran miserias, peleas, hipocresías y verdades incómodas entre hermanos, nueras y vecinos.

 

El film logró algo difícil: retratar el drama familiar con humor ácido, sin perder realismo. Doria supo combinar actuaciones memorables, diálogos filosos y un timing cómico brillante. El elenco —compuesto por Luis Brandoni, China Zorrilla, Julio De Grazia, Betiana Blum, Juan Manuel Tenuta, entre otros— terminó de dar forma a esta joya que, cuatro décadas después, sigue tan vigente como en su estreno.

 

De fracaso comercial a fenómeno popular

Lo curioso es que en su estreno en 1985, Esperando la Carroza no fue un éxito de taquilla. Sin embargo, con el correr de los años y gracias a las repeticiones en televisión y VHS, se transformó en película de culto, amada por generaciones y citada de memoria.

 

Frases como:

 

  • “¡Tres empanadas!”

     

  • “¿Dónde está mi amiga?”

     

  • “Yo hago puchero, ella hace puchero… yo hago ravioles, ella hace ravioles”

     

Pasaron a formar parte del lenguaje popular argentino, y hoy circulan como memes, stickers de WhatsApp o referencias en redes sociales.

 

Esperando la Carroza funciona como una sátira de clase, una radiografía de la idiosincrasia argentina que toca temas como el abandono a los mayores, el egoísmo, las apariencias, el machismo y la hipocresía familiar. Su mirada crítica, disfrazada de humor, no pierde fuerza con el tiempo. Cada generación encuentra en la película una forma de verse reflejada, o de entender a las anteriores.

 

En un país donde el humor suele ser un refugio ante la adversidad, esta obra maestra demuestra que la risa también puede ser un espejo incómodo, pero necesario.

 

Cuarenta años después: ¿por qué sigue tan viva?

La respuesta está en su autenticidad. No hay artificio, ni pretensión de modernidad. Todo es genuinamente argentino: los muebles, los tonos, los gritos, las contradicciones.

 

Esperando la Carroza no solo sobrevivió a los cambios sociales y tecnológicos: los atravesó. En su 40° aniversario, volverá a los cines del país, y, en tiempos de cine globalizado, esta película sigue siendo un monumento a lo local.

 

Es una de las pocas películas que padres e hijos pueden mirar juntos y reírse con la misma intensidad. Porque detrás de cada grito, de cada puerta que se cierra, de cada insulto, hay algo que todos conocemos: la familia, en su versión más cruda, caótica y entrañable.

 

Y eso, en la Argentina, es un idioma universal.

 

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