Moody’s baja la nota de riesgo al sistema bancario de Estados Unidos
Luego de que el gobierno de Estados Unidos tome medidas extraordinarias para apuntalar la confianza en el sistema financiero después del colapso de SVB, la calificadora norteamericana cambio sus perspectivas.
Por Francisco Cotti
La agencia de calificación crediticia Moody's Investors Service ha rebajado su perspectiva del sistema bancario de Estados Unidos de estable a negativa después de la crisis financiera que ha afectado a Silvergate Capital Corp. (SCC), Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank (SB).
Aunque los reguladores federales han anunciado que todos los depositantes de SVB y SB se recuperarán, la disminución rápida y significativa de la confianza de los depositantes e inversionistas bancarios que precipitó esta acción resalta claramente los riesgos en la gestión de activos y pasivos de los bancos estadounidenses, exacerbados por las tasas de interés en rápido aumento, según informa Moody's en un comunicado.
Recordemos que para recuperar la confianza en el sistema financiero, el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal (FED) y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) tomaron medidas extraordinarias después del colapso de SVB e introdujeron un nuevo respaldo para los bancos lo suficientemente grande como para proteger una gran parte de los depósitos bancarios.
En la publicación, Moody's comenta que la FED ha anunciado una nueva facilidad de liquidez temporal para ofrecer préstamos a los bancos con garantía de valores gubernamentales elegibles para ayudar a satisfacer sus necesidades de financiamiento y reducir los riesgos de contagio.
Además, la calificadora ha colocado en revisión para una posible rebaja en su nota a seis entidades financieras, entre ellas First Republic Bank, Western Alliance Bancorp, Intrust Financial Corp., UMB Financial Corp., Zions Bancorp y Comerica Inc. Como efecto contagio, y en el medio de las noticias, el mercado comenzó a observar un masivo retiro de fondos desde pequeñas y medianas entidades regionales hacia los grandes bancos del sistema como J.P. Morgan, Bank of America y Goldman Sachs.
La crisis bancaria se desató en un momento en que la economía de Estados Unidos enfrenta una alta tasa de inflación, lo que complica los planes de la FED de bajarla hasta un horizonte del 2% anual. Los datos recientes no indican una mejora significativa, con el índice de precios al consumidor de febrero subiendo 0,4% y de forma anualizada en un 6%.
Para los analistas, estas cifras ponen a la FED en una posición poco confortable ya que deberá justificar una postura agresiva continua o bien deberá convivir con una inflación elevada si es que quiere moderar el ritmo de ajuste.