Las materias primas se dispararán un 40% en 2023
Así lo cree Goldman Sachs, que argumentó que la escasez de las materias primas será su principal impulsor alcista.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales
Desde el máximo anual hasta la actualidad, el índice GSCI, que nuclea el comportamiento de las principales materias primas a nivel mundial, cayó cerca de un 24%. No obstante, Goldman Sachs cree que el próximo año la situación se revertirá.
Para el banco de inversión, si bien el primer trimestre del próximo año puede estar "lleno de baches" por la debilidad económica de Estados Unidos y China, dos de los principales mercados del mundo, la escasez de materias primas, incluyendo gas, petróleo y metales, impulsará violentamente sus precios.
"A pesar de que los precios de muchos productos básicos casi se duplicaron año tras año para mayo de 2022, el gasto de capital en todo el complejo de productos básicos fue decepcionante", escribieron los analistas de Goldman Sachs.
"Esta es la revelación más importante de 2022: incluso los precios extraordinariamente altos vistos a principios de este año no pueden generar suficientes entradas de capital y, por lo tanto, una respuesta de suministro para resolver la escasez a largo plazo", agregaron.
En este marco, los expertos creen que el índice GSCI podría dispararse un 43% en 2023, lo que, sumado a la ganancia del 20% que lleva en 2022, le permitiría ser una de las mejores alternativas de inversión de los últimos años.
Muestra de las sólidas proyecciones de los commodities es el comportamiento que están adoptando los fondos de cobertura especializados. Según Bridge Alternative Investments, 15 de las principales gestoras aumentaron sus activos en un 50% hasta los USD 21.000 millones, aproximadamente.
"Sin suficiente gasto de capital para crear capacidad de suministro adicional, las materias primas permanecerán atrapadas en un estado de escasez a largo plazo, con precios más altos y más volátiles", dijeron los analistas de Goldman Sachs.
Concretamente, el petróleo se expandiría hasta los USD 105 por barril, frente a los USD 80 actuales; el cobre pasaría de los USD 8.400 por tonelada hasta los USD 10.050 y el gas natural licuado crecería de USD 33 por millón de unidades térmicas británicas a USD 53,10.