Trump firma órdenes para flexibilizar aranceles automotrices y reactivar la producción en EEUU
Trump firmó órdenes para flexibilizar aranceles automotrices con el fin de reactivar la producción en Estados Unidos, ofreciendo reembolsos parciales a fabricantes.
En un movimiento estratégico de su política comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el martes una serie de órdenes ejecutivas que buscan aliviar los aranceles del 25% impuestos anteriormente a automóviles y autopartes importadas. Esta iniciativa se presenta como un apoyo temporal que tiene como objetivo incentivar la reubicación de la producción automotriz en el país. Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump describió esta decisión como un “puente” para facilitar el traslado de operaciones manufactureras a Estados Unidos.
“Solo queríamos ayudarlos durante esta pequeña transición, a corto plazo”, comentó el mandatario, quien subrayó que no se pretende penalizar a las compañías automotrices, sino brindarles un margen para adaptarse a las nuevas normas.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, brindó detalles adicionales sobre el anuncio, aclarando que la intención primaria es la creación de empleos en la industria manufacturera del país. Según Bessent, el presidente ha mantenido diálogos con productores de automóviles tanto nacionales como internacionales y está decidido a regresar la producción automotriz a Estados Unidos. “La administración busca ofrecer un camino ágil y eficaz para fortalecer la industria local”, añadió. La estrategia incluye ofrecer reembolsos parciales a los fabricantes que terminen de ensamblar sus vehículos en territorio estadounidense.
Además, estos beneficios estarán disponibles para todos los fabricantes, tanto locales como extranjeros, que operan en Estados Unidos. Según el mismo funcionario, las automotrices han manifestado al presidente que los cambios en la infraestructura de producción requieren tiempo, y se anticipan anuncios de nuevas contrataciones, la expansión de turnos laborales y la apertura de nuevas instalaciones en las próximas semanas.
Los aranceles originales habían generado una gran preocupación en diferentes sectores, que los consideraban como una amenaza para la competitividad del sector automotriz estadounidense. El economista Arthur Laffer, cercano a Trump, estima que estos aranceles podrían incrementar el precio de un vehículo en más de USD 4.700.
Según los datos de Kelley Blue Book, el precio promedio de un automóvil nuevo en el mes anterior fue de USD 47.462, lo que destaca el impacto potencial de estos impuestos en el consumidor. El sector automotriz, operando bajo una cadena de suministro global compleja, enfrenta la dificultad de que muchas piezas cruzan fronteras múltiples antes de ser ensambladas.
Por lo tanto, los aranceles no solo encarecen los vehículos nuevos, sino también aumentan el costo de mantenimiento y reparación, afectando tanto a los consumidores como al mercado de vehículos usados. El anuncio se produce en el marco de los primeros 100 días del segundo mandato de Trump, quien tenía planes de visitar Michigan, un estado emblemático para la manufactura automotriz y crucial en su victoria electoral.
A pesar de las medidas de alivio propuestas, permanece la incertidumbre sobre el impacto real que estas acciones tendrán en la economía de Estados Unidos. Mientras el Gobierno busca revitalizar la industria, muchos economistas advierten que los aranceles, incluso con ajustes, podrían desacelerar el crecimiento y perjudicar las ventas de vehículos.