Un alivio con sabor amargo: el bono del Gobierno para el Hospital Garrahan no frena el paro

El Consejo de Administración anunció un pago de $450.000 para el personal asistencial y $350.000 para el administrativo, tras un proceso de ordenamiento interno. Pese a la medida, los gremios confirmaron un nuevo paro de 48 horas en reclamo de mejoras estructurales.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 1 hora

El Hospital Garrahan, epicentro de reclamos salariales y medidas de fuerza en los últimos meses, sorprendió con un anuncio que busca descomprimir tensiones: un bono extraordinario de $450.000 para médicos, enfermeros y profesionales de la salud, y de $350.000 para trabajadores administrativos. Según el comunicado oficial, la decisión fue posible gracias a un “proceso de ordenamiento y eficiencia administrativa” que permitió redirigir fondos hacia lo prioritario: el personal y los pacientes.

 

“El Garrahan no está en emergencia”, remarcaron las autoridades en un texto difundido en redes sociales, al tiempo que reivindicaron una gestión “transparente y sin privilegios”, capaz de equilibrar cuentas y apostar por la inversión en capital humano. El ministro de Salud, Mario Lugones, respaldó la decisión y aseguró que “la plata siempre estuvo en el Hospital, pero mal distribuida”. También celebró que, tras décadas de profesionales mal remunerados, se empiece a reconocer el esfuerzo de quienes sostienen el sistema sanitario pediátrico de referencia en el país.

 

La noticia llega en paralelo a la sanción en el Congreso de la ley de emergencia pediátrica, que incluyó un paquete de 12 artículos para recomponer salarios, garantizar el funcionamiento del Garrahan y modificar el sistema de residencias. Pese a que esta norma fue una derrota política para el Ejecutivo, desde el Gobierno insistieron en que el bono otorgado ahora es independiente de la emergencia declarada.

Sin embargo, el conflicto no está cerrado. Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), reconoció que el bono es “parte de lo que se venía reclamando” y que fue recibido positivamente por el personal, aunque lo calificó de “insuficiente”. Argumentó que se trata de una medida limitada en el tiempo, con vigencia de cuatro meses, y que no constituye una verdadera recomposición salarial.

 

Por eso, el gremio anunció un nuevo paro de 48 horas, en rechazo también al hallazgo de un fondo de $40.000 millones que, según los delegados, estuvo retenido y podría haberse usado antes para mejorar los ingresos.

 

El anuncio del Garrahan representa un giro importante en la discusión salarial. Con un bono extraordinario de magnitud, el Gobierno envía un mensaje claro: los recursos existen y, con gestión eficiente, se pueden orientar hacia lo que realmente importa. Frente a las acusaciones de desfinanciamiento, la administración hospitalaria y el Ministerio de Salud mostraron que no solo se trata de reclamar más fondos, sino de administrarlos bien. El propio Lugones lo subrayó: el problema no era la falta de dinero, sino el mal uso.

 

Si bien los gremios consideran la medida insuficiente, lo cierto es que el bono reconoce el valor del trabajo profesional y pone en evidencia la voluntad política de empezar a corregir desequilibrios históricos.

 

En este contexto, el nuevo paro convocado puede interpretarse más como una estrategia de presión sindical que como una muestra de fracaso oficial. El Ejecutivo mostró que, aun en medio de tensiones, es posible dar respuestas inmediatas sin descuidar la responsabilidad fiscal. La decisión del Garrahan marca un precedente: cuando hay voluntad de ordenar cuentas, la plata aparece.

 

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