Retenciones cero: el Gobierno sorprende con una jugada fuerte para acelerar la entrada de dólares
La medida estará vigente hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar los US$ 7.000 millones en exportaciones. Productores y exportadores tendrán apenas tres días hábiles para liquidar el 90% de las divisas.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
El Gobierno metió una jugada inesperada que sacudió al campo y a los mercados: las retenciones a los granos bajaron a cero de manera inmediata. La decisión, oficializada en el Decreto 682/2025 con la firma de Javier Milei, Guillermo Francos y Luis Caputo, busca generar una rápida oferta de dólares en el mercado y darle aire al programa económico.
La medida tiene un plazo corto y claro: durará hasta el 31 de octubre o hasta que las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) alcancen los US$ 7.000 millones. Hoy, según datos oficiales, todavía quedan sin vender unas 18 millones de toneladas de soja y 14 millones de toneladas de maíz, que en conjunto representan un potencial de exportaciones cercano a los US$ 9.000 millones.
El anuncio llega en un momento caliente: la última semana el dólar superó los $1.500 y el Banco Central tuvo que desprenderse de más de US$ 1.000 millones para contener la presión cambiaria. Todo esto, pese a que el campo ya venía aportando fuerte. De hecho, según la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), en agosto las liquidaciones del sector sumaron US\$ 1.818 millones y en lo que va del año acumulan más de US$ 21.000 millones, un 32% más que en el mismo período de 2024.
El economista David Miazzo señaló que la baja de retenciones puede mejorar los precios al productor: “La soja puede pasar de US$ 290 a rondar los US$ 400, y el maíz de US$ 170 a cerca de US\$ 190. El desafío será ver cuánto de esa mejora llega efectivamente al productor, considerando que la ventana es de apenas 35 días”. También advirtió que habrá impactos colaterales, como la suba inmediata en los alquileres de campos —que estima en un 35%— y en los costos de quienes usan granos como insumo, por ejemplo la ganadería y la avicultura.
Otro punto a favor que destacan los analistas es que, a diferencia de medidas anteriores, no hay brecha cambiaria que limite la operatoria. El productor que venda hoy puede quedarse directamente posicionado en dólares, lo que suma atractivo a desprenderse del stock guardado.
La decisión del Gobierno, más allá de la sorpresa inicial, se entiende dentro del contexto. Con un dólar que presiona y un Banco Central que venía perdiendo reservas, hacía falta una señal fuerte para acelerar la oferta de divisas. El campo es, sin dudas, el motor más rápido y potente que tiene Argentina para hacerlo.
Además, al poner un plazo corto y exigir liquidación casi inmediata, el Gobierno evita que el beneficio se diluya en especulación y se asegura que el flujo de dólares llegue en el momento más necesario. En definitiva, la medida muestra que, frente a la incertidumbre y las críticas de la “vieja política”, el oficialismo está dispuesto a tomar decisiones pragmáticas para blindar el programa económico y sostener la estabilidad en el tramo más sensible del año.