Milei prorrogó por decreto el Presupuesto 2023: los detalles
Sin acuerdos en el Congreso, el Presidente prorrogó el Presupuesto del año pasado por decreto. En febrero podría votarse la nueva ley de leyes.
Por Eric Nesich
Periodista especializado en Economía y Finanzas
Este 30 de diciembre, el Gobierno argentino tiró un decreto sobre la mesa (el 1131/2024) y pateó la pelota al 2025 con la prórroga del Presupuesto General de la Administración Nacional. ¿La razón? No hubo acuerdo en el Congreso para sacar una nueva "Ley de Leyes". No es la primera vez que pasa: ya es la segunda prórroga al hilo.
El Ejecutivo había presentado un proyecto allá por septiembre, pero ni se molestaron en llamar a sesiones extraordinarias. Según ellos, abrir el debate podría desbalancear el equilibrio fiscal. ¿Será la verdadera razón?
Dicho en criollo, existe "pica" entre el Gobierno Nacional y las provincias. Los gobernadores están pidiendo cosas que para Milei son como dinamita para el déficit cero.
Entre los reclamos provinciales, destacan:
- Deudas por las cajas previsionales.
- Coparticipación del impuesto a los combustibles líquidos.
- Reparto del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
- Ponerle un tope a lo que recauda la Agencia de Recaudación Federal (la ex AFIP).
- Deudas del famoso Consenso Fiscal 2017.
¿La suma de todo esto? Unos 3.700 millones de dólares Y desde Casa Rosada respondieron con un tajante: "No hay plata" Tampoco dicen de dónde sacarla. No hay 3.700 millones en ningún lado.
Desde el oficialismo dejaron la puerta entreabierta: si los gobernadores aceptan el presupuesto original que presentaron en septiembre, capaz se pueda tratar en febrero. Pero acá viene el dato: nunca en la historia argentina se votó un presupuesto en febrero. Un funcionario lo resumió con un: "Esto es día a día, veremos qué pasa".
Un dirigente libertario agregó: "Si aceptan lo que mandamos, se puede votar en febrero. Dependerá de ellos".
Sin acuerdos y con el Congreso más trabado que puerta vieja, el decreto volvió a ser la jugada salvadora para mantener las cuentas andando.
El Gobierno ahora tiene más libertad para repartir los fondos como mejor le parezca. Eso, claramente, no les va a gustar ni a las provincias ni al FMI, que ya tiene el ojo puesto en cómo se manejen las cuentas.
Mientras tanto, el Gobierno sigue firme con su discurso de déficit cero, aunque las provincias no cederán con sus reclamos.