Barclays advierte dos riesgos para la economía argentina tras elecciones y alerta por reservas bajas
El banco británico mantiene una visión sobre Argentina, y además señala que posibles cambios en el régimen cambiario y la prioridad en la desinflación podrían generar estrés económico después de los comicios.
El banco británico Barclays mantiene una postura positiva respecto a la macroeconomía argentina, aunque expresa preocupación por el bajo nivel de reservas del Banco Central. El informe firmado por Iván Stambulsky advierte sobre dos escenarios de riesgo que podrían materializarse después de las elecciones legislativas de octubre.
El primer escenario describe un posible estrés financiero si el mercado anticipa un cambio en el régimen cambiario. Barclays señala que “si un consenso de mercado asume que todo el andamiaje está pensado solo para llegar a las elecciones, surgirán presiones anticipatorias que podrían poner a prueba el techo cambiario y forzar caídas adicionales de reservas”. Esta situación podría generar una salida acelerada de divisas y volatilidad en los mercados.
El segundo escenario, denominado “defensive muddle-through”, plantea que el gobierno priorice la desinflación por sobre la acumulación de reservas incluso luego de los comicios, lo que podría retrasar la recuperación de divisas. En este contexto, la inflación podría estabilizarse en un nivel elevado, cercano al 20%, debido a la inercia y la indexación de precios, según experiencias internacionales como las de Chile e Israel.
Barclays destaca que la tasa de interés real en depósitos a plazo alcanzó un 30% anualizado, descontando la inflación esperada, mientras que los bonos indexados por inflación ofrecen rendimientos superiores al 15%. Estos costos implican un gasto fiscal, ya que tasas reales del 20% en deuda en pesos privada representan un costo adicional cercano al 1,7% del PIB en comparación con tasas del 8%.
El informe también resalta que el crédito bancario al sector privado representa solo el 14% del PIB, uno de los niveles más bajos en la región. Esto afecta a las pequeñas y medianas empresas, dificultando el acceso a financiamiento y amenazando la cadena de pagos, con riesgo de quiebras y menor demanda de crédito corporativo.
En cuanto a la actividad económica, Barclays observa un estancamiento en el primer semestre de 2025. Sectores vulnerables al tipo de cambio, como la industria manufacturera y la construcción, no mostraron crecimiento desde la recuperación inicial tras la devaluación de diciembre de 2023.
Las reservas internacionales netas del Banco Central se mantuvieron casi sin cambios desde marzo, incumpliendo la meta de acumulación del segundo trimestre del acuerdo con el FMI por USD 3.500 millones. Para alcanzar el objetivo revisado de diciembre, se requiere comprar alrededor de USD 6.000 millones en lo que resta del año, aunque esta tarea fue postergada hasta después de las elecciones, concentrando el esfuerzo en los últimos dos meses.
El informe compara el valor actual del tipo de cambio real con el de 2017, cuando la economía creció un 2,8%. A pesar de que el peso argentino perdió un 13% de valor desde marzo, solo está un 4% por debajo del promedio de ese año. Sin embargo, las condiciones fiscales actuales son más estrictas, con un superávit primario del 1,5% del PIB frente a un déficit del 3,8% en 2017, y un flujo de Inversión Extranjera Directa aún bajo.
Barclays observa una volatilidad inusual en los títulos en pesos y en los instrumentos vinculados al dólar oficial, con un aumento en la demanda de bonos ajustados por inflación como cobertura ante posibles devaluaciones. La limitada liquidez restringe la intervención del Banco Central para contener estos movimientos abruptos.
Respecto al stock de deuda en dólares para 2026, este asciende a unos USD 17.000 millones, mientras que los ingresos previstos desde organismos multilaterales alcanzan los USD 7.000 millones. El informe señala que si el gobierno adquiere menos de USD 1.000 millones mensuales en reservas, podría mantener el nivel estable durante el año, aunque con riesgos para la estructura externa.
Finalmente, el estudio subraya que la política diaria del Banco Central, la evolución de los flujos en pesos y el contexto externo serán factores clave para determinar el rumbo macroeconómico y financiero tras las elecciones de octubre. Barclays recomienda monitorear de cerca las señales del mercado y la respuesta del gobierno para anticipar posibles ajustes. La estabilidad financiera dependerá en gran medida de la confianza que se logre mantener en el corto plazo, tras un año marcado por desafíos estructurales y externos.