Productividad sin agotamiento: lo que dice la neurociencia sobre cómo rendir mejor
En un mundo acelerado, la neurociencia nos ofrece herramientas para mejorar la productividad sin caer en el estrés. Aquí, las claves para optimizar el rendimiento sin sacrificar la salud.
Por redacción
La productividad ha sido sinónimo de largas jornadas laborales y multitarea constante. Sin embargo, la ciencia demuestra que trabajar más no siempre equivale a rendir mejor.
La neurociencia brinda una comprensión profunda sobre atención, fatiga y toma de decisiones.
Para entender cómo aplicar estos conocimientos al mundo laboral, conversamos con Florencia Bondorevsky, abogada especializada en neurociencias y experta en bienestar.
Bondorevsky explica que la neurociencia aplicada al bienestar sostiene que las emociones positivas, los hábitos saludables y la regulación del estrés son esenciales para optimizar el rendimiento, mejorar la toma de decisiones y fomentar un buen clima laboral.
"La investigación científica muestra que la felicidad es lo que conduce al éxito, y no al revés", señala, citando a Emma Seppälä y Shawn Achor, quienes han demostrado cómo el bienestar impulsa la productividad y la creatividad en el entorno corporativo.
Según Bondorevsky, el principal error es exigirnos sin descanso. "La neurociencia sugiere que descansar es una estrategia de alto rendimiento", afirma. Durante períodos de alta exigencia, el cuerpo libera cortisol, lo que mejora la concentración, pero si no se gestiona bien, puede afectar la salud. "Tras la fase de estrés, el descanso es clave para la recuperación".
Respecto al estrés y el rendimiento cognitivo, la especialista destaca: "La Dra. Tara Swart explica que nuestro cerebro está condicionado por la respuesta de supervivencia. Esto significa que, ante situaciones nuevas, el cerebro entra en modo supervivencia, generando cortisol y adrenalina. En consecuencia, en vez de ver oportunidades, hace foco en las carencias. Entrenar la mente con meditación, mindfulness y respiración consciente es clave para mejorar la productividad".
Para gestionar el estrés de manera efectiva, algunas estrategias recomendadas incluyen el ejercicio físico, que según la Dra. Marian Rojas Estapé estimula la producción de BDNF, una proteína clave en la neuroplasticidad. También se destaca la importancia de agradecer a diario, ya que llevar un registro de gratitud fortalece el bienestar.
Otro factor determinante en la productividad es la capacidad de concentración. Bondorevsky cita al neurocientífico del MIT, Earl Miller, quien demostró que el cerebro solo puede enfocarse en una tarea compleja a la vez. "Cuando intentamos hacer varias tareas simultáneamente, el rendimiento disminuye", advierte. "Para ser más eficientes, es fundamental entrenar nuestra atención con mindfulness y meditación".
El sueño también juega un rol fundamental en la regeneración cerebral. Para optimizarlo, se recomienda mantener horarios regulares, crear un ambiente propicio para dormir, limitar pantallas antes de acostarse y practicar técnicas de relajación.
"La felicidad no es solo un estado emocional, sino una ventaja estratégica", sostiene Bondorevsky. "Distintos estudios han demostrado que las personas felices rinden mejor en el trabajo y tienen mayor resiliencia. Las empresas comenzarán a invertir más en bienestar para aumentar la productividad y la creatividad de sus empleados".
La productividad ya no puede medirse solo en términos de horas trabajadas, sino en la capacidad de cada persona para gestionar su energía de manera inteligente. La neurociencia demuestra que el equilibrio entre esfuerzo y recuperación es clave para un rendimiento sostenible. En un contexto donde el burnout se ha convertido en una epidemia silenciosa, adoptar estrategias basadas en el bienestar no solo mejora la eficiencia laboral, sino que también permite vivir y trabajar con mayor plenitud.