Los riesgos de dormir con maquillaje: razones por las que debés retirar el make-up antes de acostarte
Retirar el maquillaje antes de dormir es vital para la salud de la piel. Expertos advierten que no hacerlo puede causar obstrucción de poros, acné y signos de envejecimiento prematuro. Descubrí las razones para cuidar tu rostro al dormir.
Por redacción
Es fundamental priorizar el cuidado de la piel antes de irse a dormir, y esto implica eliminar el maquillaje. La dermatóloga española, Patricia Bassas Freixas, junto al reconocido doctor Javier Bassas Bresca, advierten sobre los riesgos que conlleva dormir sin realizar esta limpieza.
Según Bassas, "el uso extenso y prolongado de cosméticos - sobre todo aquellos que contienen vaselinas o algunos aceites vegetales -, favorece la obstrucción de los poros y la aparición de espinillas".
Durante el día, el rostro acumula impurezas y sebo. Al no retirar los productos de maquillaje, se obstruyen los poros, provocando que la piel no respire correctamente. "Un problema común con el que nos encontramos los dermatólogos es el llamado ‘acné cosmético’", explican, refiriéndose a un tipo de acné que se agrava por ciertos componentes presentes en los cosméticos.
Además, el maquillaje contribuye a que la piel se vuelva seca y este efecto puede ser perjudicial. Para mantener la salud de la piel, es crucial quitar el maquillaje para permitir la regeneración celular.
Según el doctor Bassas, "las células de los órganos con capacidad de regeneración se mantienen constantes", y el estrés acumulado en la piel puede acentuar el envejecimiento prematuro, lo que incluye la aparición de arrugas y puntos negros.
La inflamación y la irritación también son resultados de no desmaquillarse antes de dormir. Los especialistas resaltan que "el 90% de los cambios en la piel asociados a la edad son consecuencia también, de la radiación ultravioleta".
Por eso, es esencial seguir una rutina de desmaquillado que incluya el uso de productos suaves y adecuados. Para un desmaquillado efectivo, se recomienda usar un desmaquillante específico según tu tipo de piel, un paño húmedo o una toalla suave, evitando frotar con demasiada fuerza.