No es Mendoza: el destino turístico escondido para disfrutar buen vino entre montañas

Este pueblo encantador destaca por su producción de vinos de altura y su rica historia, y se convierte en el destino ideal para quienes buscan desconectar y disfrutar de paisajes deslumbrantes.

Por redacción

Viernes 23 de mayo del 2025 a las 12:55 pm

 

Las vacaciones en Argentina son una oportunidad propicia para el turismo interno, donde los destinos relacionados con el vino suelen atraer a multitudes de turistas. Entre las opciones más populares destaca la provincia de Mendoza. Sin embargo, existe un rincón menos conocido que comienza a despertar el interés de quienes buscan una experiencia similar en un entorno diferente: el pueblo de Molinos, ubicado en Salta.

 

Con una población que oscila en torno a los 1.000 habitantes, Molinos se presenta como un paraíso escondido en las montañas del norte argentino. A medida que los visitantes llegan al pueblo, se encuentran con un paisaje que evoca tiempos pasados, convirtiéndolo en un destino soñado para aquellos que desean alejarse del ruido de las ciudades. Durante las vacaciones de invierno, esta localidad se convierte en el refugio ideal para disfrutar de un buen vino en medio de la naturaleza.

 

Situada al sudeste de Salta, en el corazón del Valle Alcahquí, Molinos se encuentra a poco más de 200 kilómetros de la capital provincial. Esta cercanía la convierte en una alternativa atractiva para quienes buscan un escape de las zonas más concurridas. Las montañas que rodean el pueblo proporcionan un telón de fondo espectacular, ideal para quienes aprecian la enología y el turismo rural.

 

Uno de los aspectos más sorprendentes de Molinos es su producción de vinos de altura, que se cultivan a más de 2.700 metros sobre el nivel del mar. Esta singularidad permite a los turistas disfrutar de vinos excepcionales, en un entorno natural que resalta las bondades de la viticultura. En cada sorbo, los visitantes pueden experimentar la esencia de las montañas salteñas, lo que convierte a este pueblo en un lugar único donde la tradición vitivinícola se encuentra en su máxima expresión.

 

Además del enoturismo, Molinos ofrece una variedad de actividades culturales y turísticas que atraen a los viajeros. Entre los principales puntos de interés se destaca la iglesia de San Pedro Nolasco, una construcción del siglo XVIII que conserva su belleza e historia. Los visitantes también tienen la oportunidad de explorar las ruinas arqueológicas del Chucral, que son un testimonio del rico legado cultural de la región.

 

Molinos se revela, así, como un destino ideal que combina la experiencia del vino con la exploración de la historia y la naturaleza. Aquellos que eligen visitar este pequeño pueblo salteño descubren que, lejos de los grandes centros turísticos, se puede encontrar una riqueza cultural y vinícola que invita a regresar.

 

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