La inflación mensual se reduce al 4%: análisis de su impacto en la economía y el bolsillo de los argentinos
A pesar de que la inflación mensual se reduce al 4%, la incertidumbre persiste sobre cuándo las mejoras se reflejarán en los ingresos y el consumo de la población, que ha lidiado con meses de alta presión inflacionaria.
Por redacción
El Gobierno logró atravesar el umbral del 4% en la inflación mensual, un nadir que parecía distante tras una impactante escalada de precios en diciembre (26%) y enero (20%). Con un hito significativo en abril, donde la cifra mensual se redujo a un dígito (9%), se inició una tendencia a la baja que, a partir de mayo, se estabilizó en un 4%. En septiembre, la tasa descendió aún más, alcanzando un 3,5%.
Sin embargo, la preocupación persiste: ¿Cuándo se reflejarán estas mejoras en los bolsillos de la ciudadanía? Aunque es cierto que el nuevo Gobierno lleva poco tiempo en el cargo, los ciudadanos padecieron la reducción de sus ingresos reales desde mediados de 2023, especialmente tras soportar las dificultades del primer trimestre de 2024, cuando la inflación volvió a ganar impulso. A pesar de estas adversidades, hay expectativa, pues, como dijo el Presidente, "se empieza a mejorar".
El análisis de la situación indica un cambio notorio a partir de abril de 2024, cuando la inflación logró una baja significativa. En este contexto, los salarios formales comenzaron a recuperarse. En medio de la escalada inflacionaria, lograron seguir de cerca la evolución de los precios, y desde abril, su crecimiento superó la inflación mensual. Para agosto, los salarios alcanzaron niveles similares a los de noviembre de 2023, aunque aún permanecen un 5% por debajo del promedio del año pasado.
Por su parte, los salarios informales también muestran signos de recuperación. No obstante, el impacto de las oleadas inflacionarias dejó a este sector un 10% por debajo de noviembre de 2023 y con más de un 20% de caída respecto al promedio de 2023.
Otro indicador interesante son los préstamos con tarjetas de crédito. A partir de abril de 2024, este rubro comenzó a experimentar un crecimiento que lo llevó a igualar los promedios de 2023. Si bien las variables nominales como salarios y créditos presentan señales de recuperación desde principios de abril, todavía queda un largo camino por recorrer. De ahí que, pese a las cifras positivas, la población no lo percibe en su día a día, generando un estado de ánimo social que continúa siendo desalentador.
Para potenciar esta reciente tendencia de recuperación de salarios y crédito, es crucial que se activen otros indicadores económicos como la actividad económica y el empleo, que hasta ahora transitan por un sendero incierto. La actividad económica también mostró un descenso abrupto hasta abril, pero comenzó una recuperación lenta que aún no alcanzó los niveles de noviembre de 2023 y sigue estando por debajo del promedio del año pasado.
El empleo registrado, en particular en el sector privado, decreció, y solo el régimen de Monotributo mostró un ligero crecimiento. En resumen, a partir de abril se vislumbra un cambio favorable, aunque los avances son incipientes y las expectativas permanecen repletas de interrogantes.
En el ámbito financiero, las perspectivas son más optimistas, evidentes en la caída del riesgo país. Los economistas sostienen que las señales de gobernabilidad, manifestadas por la firmeza fiscal del presidente, ayudan a estructurar un panorama más alentador. Sin embargo, es indispensable que la población perciba estas mejoras en su realidad cotidiana.
Un punto de referencia interesante es lo que ocurre en Brasil, el principal socio comercial de Argentina. El país vecino comenzó a abordar reformas desafiantes, como una reforma tributaria que busca unificar el IVA con impuestos provinciales y municipales, lo que podría traer beneficios en la simplificación administrativa, aunque no necesariamente implique una disminución de la carga impositiva.