La baja de tasas de la Fed y el impacto en Argentina según la mirada de analistas internacionales
Una política monetaria más laxa en Estados Unidos mejora el contexto externo, aunque el acceso de Argentina a financiamiento seguirá condicionado por la estabilidad macro y la reducción del riesgo país.
Por redacción
La decisión de la Reserva Federal de iniciar un ciclo de recortes de tasas envía una señal clara a los mercados: la inflación en Estados Unidos parece bajo control y la actividad económica empieza a moderarse.
Para los inversores globales, este movimiento implica un entorno más expansivo, con mayor liquidez, un dólar potencialmente más débil y condiciones más favorables para los activos de riesgo. “Una baja de tasas indica que la FED percibe inflación controlada y actividad moderándose. Los mercados lo leen como un escenario más expansivo, positivo para emergentes, acciones y commodities”, explicó Agustín Bilinskis, Manager Regional de Latinoamérica en VT Markets.
En ese marco, el impacto para Argentina podría ser inicialmente positivo. Una FED menos restrictiva suele traducirse en menor presión cambiaria y un costo de capital internacional más accesible. “Para Argentina, esto crea un contexto externo más amigable, con menor presión sobre el tipo de cambio y posibilidad de financiamiento más barato en teoría”, señaló Bilinskis. Sin embargo, remarcó que el efecto es limitado si el país no corrige sus desequilibrios internos.
Por su parte, Daniel Siluk, gestor de cartera de Janus Henderson, manifestó que la era de la flexibilización preventiva ha terminado. “En su comunicado de diciembre, la Fed enfatizó que los futuros movimientos dependerán de los datos, adoptando firmemente un enfoque reunión por reunión. El presidente Powell reforzó esta postura en su conferencia de prensa, señalando que el Comité ve el recorte de hoy como un ‘ajuste prudente’ más que como el inicio de un nuevo ciclo", comentó.
El Resumen de Proyecciones Económicas (SEP) reflejó ese tono agresivo. Las previsiones de crecimiento para 2026 y 2027 se revisaron ligeramente al alza, la inflación bajó marginalmente para 2026 y el desempleo se mantuvo estable en el horizonte de mediano plazo, un contexto poco propicio para una flexibilización agresiva.
Las proyecciones medianas de la tasa de política permanecieron sin cambios en 3,6% para 2025 y 3,4% para 2026, señalando solo un recorte por año en adelante. Las expectativas de más largo plazo permanecen ancladas en 3,0%.
“El movimiento subraya la confianza de la Fed en que la inflación se está enfriando sin descarrilar el crecimiento, al tiempo que resalta el listón alto para nuevos recortes. Con Powell enfatizando la paciencia y un Comité dividido, la Fed entra en 2026 en modo de espera, mientras aguardamos a un nuevo presidente”, concluyó Siluk.
¿Y Argentina?
Consultado sobre si la baja de tasas podría mejorar el acceso de Argentina al crédito, Bilinskis fue contundente: “La baja de la FED ayuda, pero no es determinante. La prima de riesgo de Argentina depende 90% de la política local”.
El ejecutivo detalló que el país solo podría financiarse a tasas razonables si logra reducir de manera sostenida su riesgo soberano, bajar la inflación, estabilizar la macro y normalizar la política fiscal y monetaria. La credibilidad institucional, agregó, sigue siendo otro factor clave para que los mercados vuelvan a confiar.
En ese sentido Bilinskis explicó que la demora en recuperar acceso a crédito internacional responde a problemas estructurales de larga data. “Argentina mantiene un riesgo país extremadamente alto debido a su historial de defaults, alta inflación crónica, bajo nivel de reservas, debilidad fiscal, controles cambiarios y una elevada incertidumbre política y regulatoria”, afirmó. Ese conjunto de factores obliga a los inversores a exigir una prima de riesgo muy elevada hasta ver señales claras de estabilización.
Si bien el recorte de tasas en Estados Unidos abre la puerta a un escenario financiero global más favorable, el impacto para Argentina será marginal si no hay señales firmes de ordenamiento. “La FED puede mejorar el viento de cola, pero sin reformas internas, Argentina no podrá aprovecharlo en términos de financiamiento ni de reducción sustancial del riesgo país”, concluyó Bilinskis.
