Ideas con frascos de café vacíos para decorar tu hogar

Los frascos de café son un recurso ideal para quienes buscan realizar manualidades, gracias a su resistencia y versatilidad, ya que están hechos de vidrio. Con su diseño distintivo, se pueden convertir fácilmente en organizadores prácticos para distintos ambientes de la casa.

Entre las manualidades que se pueden elaborar están los organizadores minimalistas, perfectos para embellecer las paredes del jardín o añadir un aire natural a habitaciones como el dormitorio o la cocina.

Para llevar a cabo esta actividad creativa, no se requiere de muchos materiales. Para reciclar los frascos de café, solo necesitarás reunir de 3 a 4 frascos, un retazo de madera rectangular, hilo de yute y elementos decorativos, que pueden incluir servilletas o pintura, aunque estos últimos son opcionales.

El primer paso consiste en quitar la etiqueta de cada frasco. Para asegurarte de que no queden restos, usa un poco de algodón empapado en alcohol para limpiar la superficie. Este procedimiento es necesario para todos los recipientes utilizados.

Con los frascos listos, marca con un lápiz en la madera unos puntos a la altura del cuello de los frascos. Estos puntos serán la guía para perforar la madera, donde posteriormente colgarás los frascos.

Dado que el enfoque de esta manualidad es minimalista, podés optar por dejar los frascos y la madera en sus colores naturales, o bien agregarles los elementos decorativos que más te gusten. Finalmente, utiliza el hilo de yute para atar los frascos a la madera de forma segura.

Una vez completado, podrás utilizarlos para organizar diversos elementos, siempre y cuando no sean demasiado pesados para evitar que la estructura se caiga. Podés complementar el diseño combinando los frascos con flores secas y otros objetos decorativos para crear un ambiente aún más atractivo.

Otra opción es pintarlos de manera decorativa: 

1. Estilo vintage con pintura a la tiza

La pintura a la tiza es ideal para darle un acabado mate y envejecido a los frascos. Podés usar tonos pastel como celeste, rosa viejo o crema. Para un efecto desgastado, lijá suavemente algunas zonas una vez que la pintura se haya secado. ¡Quedan hermosos para usar como lapiceros o floreros!

2. Diseños minimalistas en blanco y negro

Si preferís algo más moderno, podés optar por pintar los frascos en colores neutros, como blanco, negro o gris, y agregar detalles con marcadores permanentes o pintura acrílica. Rayas, puntos o frases inspiradoras pueden ser un gran detalle decorativo, así como también agregar unas flores pintadas a mano.

3. Efecto pizarra para etiquetar

Una opción súper práctica es pintar los frascos con pintura de pizarrón. Así podés escribir con tiza el contenido o mensajes divertidos y cambiarlos cuando quieras. Son perfectos para almacenar especias, café o té.